“No me interesa sacar música sólo por sacar algo. Me interesa poder transmitir algo, que sea algo que me guste, que esté orgullosa de eso”.
La búsqueda de un sonido propio puede ser una travesía larga, y esto bien lo sabe Maler. En el 2017, tras un lustro como frontwoman de la banda de rock Mitra, dio inicio a su camino en solitario con el pop como norte. Pero su búsqueda, que continúa hasta hoy, ha estado lejos de cualquier intención edulcorada.
‘Gris’, en octubre de ese año, fue el primer single que adelantó M. El disco fue publicado en mayo del 2018 y sus influencias noventeras, como Garbage o Radiohead, hacen comunión con referentes del dial AM como Raphael, Paloma San Basilio o Camilo Sesto. Casi podría decirse que es música performática, lo que no es de extrañar cuando su autora es fan declarada del género cabaret.
Pero Maler estaba consciente de que aún quedaba campo por explorar: “M, si bien tiene cosas que me gustan mucho, creo que tiene demasiado, también. Demasiada densidad”. La búsqueda llevó a una serie de singles que abarcan poco más de doce meses (empezando a fines de octubre del 2019 con ‘Malerida’), un período que esta compositora definitivamente califica como experimental.
“No pensé en álbum ni en nada. Trabajé con este productor, Nico Hernández, que me hizo ver otros sonidos. Yo estoy buscando sonido, estoy como obsesionada con esa cuestión: qué tipo de percusiones, qué instrumentos, que sea más tirado a tal onda. Estudio harto las estructuras y los códigos del pop. Tengo varias notitas ahí, donde hago mi música: ‘pianos cabaret’, ‘melodías emocionales y bailables juntas’, cosas así. Me gustaría hacer esa fusión”.
Tras ‘Malerida’ llegó ‘Mi Culpa’, justo al comienzo de la pandemia, y luego (en directo contraste con la cuarentena que la rodeaba) la experimentación llevó a Maler hacia el movimiento. “Siempre quise algo más bailable. M es muy, muy triste. También es como me sentía. Estas últimas canciones nacen en una etapa en que estaba más empoderada y quería bailar”. Así surge ‘Fosforescente’ y su video dirigido por Pascal Krumm.
“Estuvimos haciendo pre-producción harto tiempo por videollamada, íbamos a hacer un video remoto, pero no resultaba con la calidad del celular. Y al final, ya que él estaba en Chile, decidió venir a grabar a mi casa. Lo hicimos a mediados de septiembre en dos días, a full por el toque de queda. Vimos vestuario juntos, improvisamos en varias cosas, pero congeniamos en todo”.
El período experimental llega a su fin este viernes 6 de noviembre con el lanzamiento de ‘Brillante Oscuridad’, una canción “bailable, pero muy oscura. Muy dark”. Otro paso en una búsqueda que ya proyecta un segundo disco para el próximo año. Muchos planes han cambiado en el proceso, pero Maler está convencida de que la consigna es mantenerse fiel a sus ideas. “No me interesa sacar música sólo por sacar algo. Me interesa poder transmitir algo, que sea algo que me guste, que esté orgullosa de eso”.