Cuando tu pasión es compartida con un grupo de personas, suele llegar un punto en el que quieres darle rienda suelta a tu locura e ideas sin arriesgar el concepto de arte de los demás. Algo así es lo que le pasó a Carla Sariñana, bajista mexicana que lleva unos buenos años construyendo su historia dentro de la agrupación femenina, Ruido Rosa.
Con la intención de expandir sus conocimientos musicales -como perfeccionar el canto y tomar otro instrumento que el madre- Silver Rose partió a Los Ángeles para darle vida a su nuevo proyecto en solitario: el shoegaze más rosa se apoderó de la mente de la música, quien se adentra en la psicodelia y la parte más amorosa de este género.
A principios de este mes que comienza a despedirse, la mexicana presentó los seis temas que la traen de vuelta a la actividad con una apuesta que tiene canciones en inglés y en español, justificadas por los puntos de referencia e inspiración que tuvo durante el proceso. Si bien no pudo olvidar las raíces que significan México, tampoco pudo obviar el crecimiento, amigos, y contactos que adquirió durante su paso por Estados Unidos.
Y el idioma no es lo único que Carla quiso fusionar. Su sonido, inspirado en “gustos de grande” como The Cure y Cocteau Twins, se encontró con los recuerdos más recónditos de su infancia, musicalizada por Mecano o los Caifanes. De pronto el shoegaze y los sonidos pegados pueden cantarle al amor más sufrido, y transformar la pasión latina en prolijidad musical, sin perder el estómago que entregaron ídolos de Sariñana como Juan Gabriel.
A ratos es una PJ Harvey en formación, en otros, es una Ana Torroja desangrándose por una relación fallida. El concepto que tomó Silver Rose es la ingenuidad del amor y los daños colaterales que tiene el entregarse en exceso. Todo compuesto por la misma artista que salió de la casilla de bajista de Ruido Rosa y se tomó en serio su vocación con meses de clases, que terminaron por empaparla de motivación para, por fin, darle vida a esta idea que rondaba en su cabeza hace un buen rato.
El dream pop y la suavidad vocal femenina quedan muy disfrutables en el corto 206, el primer paso solitario de Silver Rose, quien ya tiene planeado un largo para el próximo año y un par de fechas por países de lengua inglesa; ventaja de haber pensado el trabajo en dos idiomas, entre dos culturas vecinas que tienen más diferencias de las que se piensan.
Pasajes suaves, íntimos, melosos pero sin perder explosión. El gran logro personal de Sariñana que invoca a la melancolía de Mazzy Star, sin olvidar el rock and roll que pulió junto a sus compañeras de Ruido Rosa, que también se mantienen activas en otros proyectos mexicanos pero que no han olvidado que el público espera un próximo trabajo de parte de ellas como agrupación.
Mientras las artistas del país del norte complementan sus tiempos, Silver Rose se mantiene concentrada en potenciar más los seis tracks que entrega. Quiere lanzar nuevas versiones, liberar un par de materiales que quedaron fuera, y abrirse paso cantándole al amor a primera vista, algo que experimentó con los géneros que hoy tiene para mostrar.
Foto de portada* Dylanne Lee