Una visión de su emocionalidad en todos sus sentidos y sensaciones. Eso es lo que el cantautor argentino Méndez Cánepa intenta reflejar en lo que ha hecho desde sus primeras incursiones en el arte. Con un papá pianista, con la música y el dibujo cercanos a él desde sus primeros días, y una serie de proyectos independientes anteriores, Martín Méndez se prepara para lanzar su segundo trabajo bajo el nombre de Méndez Cánepa, que formará el nuevo paso que viene en su carrera.
En el folk independendiente y artesanal, que le da espacios a los sintetizadores y a la construcción de historias cotidianas, el músico despega la dulzura vocal y romántica de la composición, y sin tapujos ni prejuicios, se arriesga a cantarle a la parte más pomposa del pop, convirtiendo sus piezas en delicados pasajes llenos de ternura como presentó en Introspecciones Cotidianas, del 2012.
En los siete tracks que regaló aquel lanzamiento que está disponible en el Bandcamp del transandino, queda claro que la idea tradicional de masculinidad se encuentra lejana, a la hora de presentar la vida desde el lado más pastel, con soltura. Canciones como el single ‘Armado’ convergen con momentos como ‘Dormir Mal’, donde los sintetizadores parecen estar pensados para que no pasemos por lo mismo que Méndez y logremos conciliar el sueño sin esfuerzo, gracias a la atmósfera cercana que proyecta todo el disco.
Si por esos días, hace tres años atrás, el dibujante y multiinstrumentista se encontraba en la soledad de su habitación conservando y traspasando esa intimidad en su lanzamiento, por estos días no es muy distinta la historia: Gabriel Santamaría -con quien toca en la banda La Nube Mágica- le presta su casa a cambio de que Martín deje un mural pintado en su cocina. Son ese tipo de detalles que presenta el argentino como legado en su música. Un mundo tan cercano que se transforma en pura calidez folk.
Con gustos que van desde Brian Eno y Robert Fripp, el disfrute juvenil de Fun People y Boom Boom Kid, y pasos por Caetano Veloso y Javiera Mena, M.M.C espera que lo que se viene sean “canciones más lindas y mejor logradas que las del primer disco. Más maduras e interesantes, o eso quiero creer”, declara.
Mientras se divide entre reclutar amigos músicos para sus próximas fechas y terminar de “grabar el contenido más profesional” -alejado del único Shure c607 que lo acompañó en Introspecciones Cotidianas, su Bandcamp ya dispone de los primeros adelantos pero en versión acústica, para que podamos ir preparando el té de la tarde, que pinta perfecto para ser musicalizado por tracks como ‘Descendiendo’, ‘La Percepción’, y ‘Color’. Esa misma que exclama “si yo fuera distinto sería mejor, pero sigo mi instinto, soy de otro color”, donde todo el corazón de Martín queda al descubierto: “todo lo que hago es a propósito y con el propósito de mostrar mi emocionalidad, quién sabe por qué”.
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