A partir de esta década, Córdoba ha generado una muestra de música al unísono de otras ciudades del país. Proyectos que toman un paralelismo cercano a lo que se ha escrito sobre partes como Buenos Aires o La Plata. A diferencia de aquellas localidades donde las propuestas mantienen una línea sonora, acá se juega con ritmos más movedizos por parte de De La Rivera, un trío de pop-funk con una capa de electrónica a flor de piel.
El grupo lo conforman los hermanos Lucas (teclados) y Tomás (bajo) Rivera, además de su primo Gastón Pérez Rivera (guitarra y voz), de ahí el nombre. Se criaron bajo en un hogar donde la música de los 70’ y 80’ era una constante en el tocadiscos. Desde ese punto, no es extraño que James Brown o el saxofonista argentino Willy Crook, sean referentes para ellos. Asimismo, la escena dance de París -french touch- de esos años. Además, crecieron a la par de Illya Kuryaki and The Valderramas, con quienes han compartido escenario en el último tiempo.
Gastón y Lucas tienen cinco meses de distancia, por ende, desde chicos jugaron a ser estrellas de un estilo que, en Estados Unidos, brilló desde sus inicios. Contrario a estas latitudes, en las que bandas o artistas destacados forman un grupo acotado. Cuando nace Tomás –cuatro años después- se suma a las actividades que ambos le dan, generalmente tocando el bajo. Sin mayores pretensiones es que en 2009 lanzan Volumen 1, una aproximación experimental, semi-instrumental, donde el sintetizador de Lucas va transformando el sonido a aquella electrónica parisina.
Durante ese período, junto a bandas amigas, van dando forma al sello independiente cordobés Discos del Bosque, editando proyectos únicos de la provincia de donde viven. Aprovechando esa vitrina que autogestaron, el crecimiento De La Rivera fue paso a paso hasta llegar al 2012, cuando presentan Cassettera, un homenaje a aquella forma de escuchar álbumes en el prólogo del siglo pasado y que ellos bien supieron usar.
No sólo es la manera en cómo la cinta va pasando de un extremo a otro del cartucho, a su vez es cómo se plasma una idea sonora por parte del trío. «Es chévere ser dandi/ pero es más grande ser chévere» narra una voz al comienzo de ‘Chévere’, que a su vez abre un disco que desde esta canción se ve plasmada la influencia de Daft Punk. Lo llamativo de esto, es que el sonido toma fuerza de un Random Access Memories que no era publicado por entonces y ‘Get Lucky’ no se reproducía en cada fiesta.
Voces robóticas, bajos con el estilo de Flea y mixturas entre los mismos Red Hot Chili Peppers, Jamiroquai, Los Tetas (con quienes estuvieron en Córdoba en 2013) y DeKiruza. Fuerza de la onda disco y el dance ochentero, que muy bien va con The Get Down y el soundtrack de la serie. Una de las virtudes del álbum, es la producción de Brian Gardner (The Jackson 5, Giorgo Moroder, David Bowie) en sus estudios en California. Más en algo ayudó en que Cassettera, el mayor disco más ambicioso de DLR tenga matices y groove de una banda que lleva décadas en el circuito.
De alguna manera, había que demostrar que aquel segundo material no fue un golpe de suerte y que sólo era una muestra de lo que se venía. Family Game se estrenó en 2015 y claro, con una amalgama mayor al anterior disco y con recuerdos de la infancia. Soul que se mezcla a ese electrofunk como propuesta primordial por parte de De La Rivera. Letras compuestas por Gastón y que recorren de forma intima consejos de amor (‘Bésala’ y ‘Aniversario’), en una estructura de estribillos y coros repetitivos, fáciles de que den vuelta en la cabeza durante un tiempo largo.
Con sonidos que no son una constante en la música argentina y que el rock las va tapando, el funk con ritmos bailabes que propone De La Rivera, rompe toda esa historia de guitarristas virtuosos o artistas que llenan estadios. Con un margen de autogestión y sin dejar de lado su propio sello, este trío de primos va por un camino que refresca toda estigmatización de lo que a under ser refiere. Arraigados a las influencias afroamericanas y las nuevas tentaciones, la combinación de De La Rivera es uno que en pronto dará más que hablar.