El día 24 de febrero se celebraron los premios Oscar, en su versión número ochenta, y no necesariamente pasarán a la historia por ser uno de aquellos shows donde ocurrió lo que nadie tenía pensado, ya que ganaron quienes, entre comillas, debían ganar.
De lo que se puede destacar, podemos decir que Daniel Day Lewis fue un justo ganador por la monstruosa interpretación en “There Will Be Blood”. Por otro lado Diablo Cody se llevó el único oscar que realmente merecía “Juno”, por mejor guión original. El guión está escrito en una perfecta clave “juvenil” con la cual varios se logran identificar (por mucho que ame a Ellen Page, creo que el real mérito fue más del guión que de ella. Si fuera por nominarla como mejor actriz, debieron haberla nominado, tiempo atrás, por “Hard Candy”). Los Coen, que son lo más “alternativo” que los tipos de la academia pueden aceptar, se llevaron los Oscars por mejor guión adaptado (algo de experiencia tenían en el rubro de los guiones, ya que años atrás, habían recibido el hombre dorado por mejor guión original con “Fargo”), mejor dirección y mejor película por “No Country For Old Man”. Del mismo largometraje sale el ganador al mejor actor secundario, el señor Javier Bardem (felicitaciones ya que se le había escapado en el 2001 con “Before Night Falls”).
Pero a pesar de aquello, no hubo sorpresas, no hubo cosas que rompieran el molde para poder decir, “estos Oscars serán recordados por siempre” si no que fue más como que “entreguemos las estatuillas y vámonos a la fiesta rápido”. Pienso en una frase que se mandó Salfate en la transmisión de los premios por el canal La Red “los de la academia el año pasado no vieron películas, se fueron por las hypeadas”, aquello caló hondo en lo que yo estaba pensando en ese minuto, porque en realidad veía que eso sucedía en el Kodac Theater de la ciudad de Hollywood, LA. La única “sorpresa” fue lo de Bardem, pero fue casi como lo del año 2007, donde finalmente le reconocieron la calidad actoral a Forrest Whitaker con la performance del dictador de Uganda, Idi Amin, en “The Last King Of Scotland”. Rondaba en el aire la idea de que si no los reconocían (a Bardem y Whitaker) por aquellas actuaciones, era porque se pasaban de idiotas.
Una de las películas que me faltó ver recibiendo estatuillas, fue la maravillosa “Into The Wild” que sólo tenía dos nominaciones, la de mejor actor secundario por Hal Holbrook y una nominación técnica por mejor edición, y ahí hacía mi análisis. “Into The Wild” podía haber sido nominada por mejor fotografía o como le dicen ahora mejor cinematografía (solo por los planos amplios), por mejor canción, ya que existía el precedente de que había sido nominada y ganadora la canción “Guaranteed” en los Golden Globes, por mejor dirección (a Sean Penn le sirvió ver trabajar como director a Clint Eastwood en “Mystic River”) y mejor película. Incluso, si hubieran querido nominar a un actor secundario podían haber nominado a Catherine Keener por esa interpretación de la hippie Jan Burres, que fue un personaje más logrado, a mi parecer, que la aparición de 20 minutos de Holbrook como Ron Franz, el caballero de edad que se conecta en un nivel emocional con Chris McCandless, por su paso por el Salton Sea del estado de California. Más aun, ahora que hago referencia a McCandless, debo decir que Emile Hirsh viene desde hace tiempo desarrollando papeles que lo han hecho evolucionar de ese adolescente calentón en “The Girl Next Door” a ese chico aproblemado por la fama en “Lords Of Dogtown”, hasta lograr este joven que va en busca de esa libertad negada al institucionalizarse en “Into The Wild”, lo cual lo hacia merecedor de por lo menos ser nominado.
No digo que no merecían recibir el Oscar los que se ganaron uno este año. Los Coen son unos tipos que saben hacer películas y no se conforman con ser esos directores de “estudio” que hacen summer movies, y Daniel Day Lewis desde “Mi Pie Izquierdo” y “En El Nombre Del Padre” es un actor que se come la pantalla, solo con su presencia. Solo digo que este año careció del “factor sopresa” como el año pasado donde Scorsese finalmente se llevó el Oscar por mejor director (que se lo habían negado por años) y mejor película por “Los Infiltrados” o como en el 2003, cuando “El Señor De Los Anillos: “El Retorno Del Rey” se llevó los once Oscar por los cuales la película había sido nominada (siendo una película blockbuster de verano). Otro caso donde se manifestó la sorpresa fue el del 2005 con “Crash”, la película favorita de todo el mundo pero con pocas expectativas para ganar por ser un film “chico”, que al final terminó llevándose el máximo galardón.
Muchas películas aun no están en cartelera, otras hace poco llegaron por el oscar buzz. Les recomiendo que vayan a verlas y saquen sus propias conclusiones, pero en realidad, entre los nominados ganaron los que debían. Si hubieran nominado a otras películas, ahí a lo mejor hubiera sido otro cuento.
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