El lunes a las cinco de la mañana el edificio ubicado en la calle Márquez, entre Bustamante y Cochrane, en pleno Barrio Puerto de Valparaíso, comenzó a arder. El lugar albergaba al emblemático bar La Cantera, locales comerciales y las salas de ensayo Warhola en donde bandas como Molo, Mora Lucay, Pedro Pavez y Los Inseguros, Radicales Libres y Pía Zapata tenían sus instrumentos, entre otras.
“El Jurel, vocalista de Adelaida, vive justo al frente en una comunidad de músicos de Valpo, y se despertaron de una con el humo, que fue creciendo y tuvieron que bancarse todo el incendio a siete metros de sus ventanas, con los bomberos diciéndoles que en cualquier momento ellos también iban a tener que sacar sus cosas”, explica Gabriel Hozalpfel, de Adelaida. “Valpo es una comunidad bien reducida y conocemos perfectamente a todos los cabros que tenían la sala de ensayo al frente. De hecho con Terapia Grupal, mi otro grupo, estuvimos ensayando ahí hasta hace dos meses atrás. Y yo tenía un par de cosas mías ahí, pero al lado de lo que perdieron los otros chicos no es nada. La Cantera también está completamente destruida, este era el espacio emblemático de las tocatas rockeras en Valpo, eso también se fue a las pailas”, continúa.
Al conversar con diferentes músicos, gestores y fundadores de sellos de la ciudad resalta una idea principal y que, a su juicio, es la raíz de todos los problemas que tienen los habitantes tanto del puerto como de los cerros: el abandono.
“El año 2003 la ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad y una de las condiciones de la UNESCO -y una promesa que la ciudad hizo con el aval del Estado de Chile- fue elaborar un Plan de Gestión Patrimonial, el que 13 años después recién se está haciendo. O sea, una pésima gestión patrimonial de parte del municipio. El Estado también es responsable porque pretende que la ciudad se las arregle por sí sola, cuando debería tener una especie de subsidio para solventar esta condición de patrimonio que fue apoyada por el gobierno de Lagos. En todo caso, el área patrimonial solo son 23 hectáreas de más de 2 millones de hectáreas. Además, el puerto no deja ni un peso en la ciudad. Para que tengas un ejemplo, el casino de Viña entrega la mitad del presupuesto anual del municipio. El puerto de Valparaíso (y todos los puertos de Chile) no dejan nada más que algunos empleos y patentes que se pagan en Santiago. Debería haber una gestión para cambiar la Ley de Puertos”, explica Oscar Aspillaga, uno de los fundadores del sello Acople Records y periodista del Martutino.
“El edificio se ubica en el corazón del Patrimonio de la Humanidad, a pasos de la iglesia La Matriz (donde comenzó a construirse la ciudad) y claro, puede ser injusto que se le dé a Valpo un subsidio porque en ese sentido todas las ciudades de Chile lo necesitan, pero si el Estado se involucró en que así la designaran, entonces debería haber un trato especial. Si no, que quiten la condición. Hay muchas personas que piensan que ser Patrimonio de la Humanidad es una mochila pesada y que es mejor sacarla”, continúa Aspillaga.
“A mí ya se me quemó una sala de ensayo y la vez anterior ni siquiera pude entrar a ver las cosas porque nos robaron todo. Ahora, probablemente, no vamos a poder entrar porque no hay acceso. Hay un punto claro, eso sí: el dueño de estas salas trató de asegurarlas, pero nada se asegura desde la Plaza Sotomayor hacia el puerto. Lo más triste es que somos pocos hueones los que vivimos en el barrio. Algunos somos agentes culturales, otra gente tiene sus emprendimientos o sus comercios, pero a nadie más le importa este espacio. Esta hueá se está transformando en una ciudad fantasma, no tanto por eso de la evolución del progreso o las inmobiliarias, sino porque nosotros no hemos tenido ni una capacidad de tener conciencia patrimonial, hablo del ciudadano común. Si el porteño no lo tiene, menos las autoridades”, explicaba Pedro Pavez, músico afectado por el incendio, ayer en un despacho de Ritoque FM.
Aspillaga concuerda. “El mismo porteño ensucia mucho, raya, hace ruido, no tiene conciencia por el lugar donde vive ni sus vecinos. Siempre he creído que la asociatividad, la colaboración y la unión de vecinos y organizaciones es la salida que se requiere. Esa excusa de que el municipio no tiene plata para hacer cosas creo que es una excusa penca, con buena gestión se puede avanzar. Creo que hace falta un alcalde que tenga cojones”.
Hozalpfel explica que la comunidad realiza actividades para fomentar los cambios positivos. Un ejemplo de esto es el Festival de Desestigmatización del Barrio Puerto, junto a otras iniciativas vecinales. “Las lucas que salen de la muni, generalmente, se van para cuestiones más postales: a Cerro Alegre, Cerro Bellavista o arreglar algunos ascensores”, también detalla. Por otra parte, Pavez, se suma a ese sentimiento de negligencia por parte de todos por el lugar. “Nadie viene al Barrio Puerto, porque tienen miedo a que los cogoteen. Toda esa gente que habla tan bien de los cerros no sube al cerro. Esa imagen culiá de Valparaíso llena de colores, música del mundo, lleno de hueones bailando, batucadas hueonas. Esa hueá no es Valparaíso. Si quieren vivir en Valparaíso vean la verdadera mierda que existe. Y la verdad es que a nadie le importa”.
“Si tenis un municipio con un nivel de corrupción alto, que ya ha salido a la luz últimamente, que tiene una deuda gigante que los ha hecho si mal no recuerdo, incluso, vender hasta basureros para juntar plata, estai enfrentándote a una maquinaria política. Hay iniciativas desde la gente, como las Primarias Ciudadanas, que pretende llevar al municipio ahora en octubre para las elecciones municipales, a personas más capacitadas que vengan fuera del duopolio, que no respondan a intereses políticos o ese tipo de maniobras. Por ahí podemos empezar a pensar la ciudad de otra manera. Ahora sólo se está pensando en ejes de programas politicos, en la mantención del poder, no en pensar la ciudad. No se quiere levantar la ciudad, se quieren mantener conglomerados políticos solamente. Ahí es cuando las ciudades quedan abandonadas”, explica Gabriel. “Yo me inscribí, voy a votar y estoy atento a los programas y a los candidatos que se levantan de acá en las poblas, pero no sé en qué estarán mis compañeros generacionales”, concluye.
Terrenos fantasmas
A comienzos del mes de febrero del 2007, un incendio afectó a otro sector del barrio patrimonial de la ciudad. La explosión de gas en un edificio de calle Serrano, por la que murieron cuatro personas, es quizás el mejor ejemplo de la desatención de las autoridades debido a procesos de reconstrucción incompletos, un nulo plan de desarrollo del barrio y, por otra parte, la triste confirmación de que así funcionan las cosas en el puerto desde hace años.
“Es casi seguro que el incendio debe haber sido por malas conexiones eléctricas, igual que la explosión de calle Serrano el 2007 (cuya destrucción aún está visible). Entonces, que haya gestión para mejorar todas las conexiones eléctricas, que se mejoren las fachadas, que adentro los edificios sean dignos. Pero han pasado casi diez años y todo sigue igual. El incendio en los cerros fue hace dos años y las casas se siguen levantando en zonas de riesgo”, explica Oscar.
“A dos cuadras de nuestra sala hace diez años hubo una catástrofe, en Serrano, la explosión de gas. Eso ahora es un cementerio. No hay ni siquiera un edificio. No hay ganas de potenciar el comercio y la vida de la propia gente que está en la zona. Está todo orientado para fomentar un turismo falso, no se fomenta el desarrollo de los vecinos”, declara Pía Zapata, quien arrendaba una de las salas de ensayo y cuyas pérdidas son de 17 millones de pesos, aproximadamente. “El Mercado de Valparaíso se cayó con el terremoto hace seis años atrás y recién ahora lo están empezando a arreglar. También está al frente de nuestra sala. Yo creo que ahora este edificio lo va a comprar una inmobiliaria y lo van a transformar en un lugar de lofts o algo así. Se van tirando la pelota unos con otros. El dueño de la sala habló con la inmobiliaria, no se hacen cargo, no están ni ahí y le tiran toda la responsabilidad al departamento de Patrimonio de la Municipalidad y si ellos no se hicieron cargo antes ¿por qué lo van a hacer ahora? Eso es lo que pasa siempre acá”, concluye.
Gabriel ve con sospecha este tipo de desastres. “También está el rollo de la especulación inmobiliaria. Les conviene que se caigan o se quemen. Algunos dicen que no hay incendios accidentales en Valparaíso. Tenís a un montón de gallos diciendo “ojalá que se queme rápido esta hueaíta para chantar lo que queremos chantar” ¿cachai? Eso es lo más triste de todo.
“El porteño lucha”
“En comunidad se pueden lograr cosas. En Valpo la gente ya esta muy entregada a la frustración porque no solamente nosotros somos maltratados, hay un montón de vecinos más que se entregan. Ya están acostumbrados a que Valparaíso funcione así. Ya no hay tanta gente que luche. Debemos retroalimentarnos entre los mismos que convivimos acá. Si nos unimos se pueden lograr cosas. Capaz ahora los músicos perdimos todo, pero vamos a poder recuperarnos, porque estamos unidos. Es la única forma en la que podemos lograr algún cambio consistente. Que la gente se una, alegue, que tenga un discurso claro en contra de las malas gestiones y de los malos gestores. Hay que cambiar el paradigma completo de cómo cuidar la ciudad, creo que se trata de eso. Somos como una familia maltratada y ya nos acostumbramos a que nos traten mal”, dice Pía Zapata.
Por ahora, debido a lo reciente del desastre, todos los músicos y vecinos afectados se encuentran realizando un catastro de los daños y también viendo de qué manera pueden organizar campañas en ayuda de los damnificados. “Han llegado muchos ofrecimientos de músicos, muchos. Javier Barría, gente de Valpo… están todos uniéndose y proponiendo cosas”, relata Pía. “Me llamó el Sebastián Redolés de las Escuelas de rock para preguntarme los detalles. Seguramente ellos van a apoyar de alguna manera alguna iniciativa”, explica Gabriel.
“Acá sí existen redes y ya se están activando para ir en ayuda de los colegas afectados. Sí hay ciudadanos preocupados y algo de organización existe. ¿Qué se puede hacer desde otras ciudades para contribuir a este cuidado? Venir a Valpo y cuidar la ciudad, visitar otros lugares que no sean cerro Alegre ni el Concepción. Escuchar la música que acá se hace, que es mucha y de todo estilo musical, ir a los conciertos. Informarse sobre la Ley de Puertos para que cada contenedor que se mueva en los puertos deje un royalty a la ciudad que lo cobija”, concluye Oscar Aspillaga.
“¿Quieren hacer algo por el Barrio Puerto? Bueno, compren en el barrio, visítenlo. Cómete un pescado en un restorán de acá, cómprale los cigarros a la vieja del kiosko, pero hagamos algo”, declaró Pavez en Ritoque FM. “No deberíamos estar pensando todo el rato en que ‘ay, el porteño lucha’. Que el porteño luche cuando no hay desastres. Estamos dejando morir la ciudad y están apareciendo todas las cosas nuevas que no tienen que ver nada con nuestro entorno. Todos sabemos que el abandono no depende solo de las autoridades, depende de nosotros mismos”, concluye.