Me voy a imaginar que lo estoy pasando muy bien es el segundo álbum de EyMacarena, ocho canciones de relato cotidiano que pasean entran la melancolía y el pop burbujeante, ese de ánimo simpático y buenos deseos pero que no olvida las frustraciones y el sentirse ofuscada. Inspirada por la camada de compositoras anglo que hoy refrescan la música, Macarena Lavin grabó en Algorecords durante todo el invierno junto a su banda de apoyo: Tomás Vidal en teclados, Gustavo Arévalo en batería, y el infaltable productor, Alejandro “Perrosky” Gómez, quien también hace un paso en solos de guitarra.
El sucesor de Corazón Estúpido nos presenta tracks un poco más alargados, con una construcción de historias que le otorgaron libertades que van desde la sucesión de acordes a un paso vocal liviano. Sentirse incómodx en el amor, tener que enfrentar cosas que no queremos (como ir a almorzar en lugar de estar acostadx) y querer cerrar la noche pidiendo la cuenta.
En vísperas de su tocata junto a Ani del Mar en la SCD de Bellavista, le pedimos a la cantautora que nos regalara sus discos, esas diez placas que significan algo en la creación de Me voy a imaginar que lo estoy pasando muy bien y, por supuesto, en su vida. Además ¡tenemos dos entradas dobles para regalar! Sólo comenta abajo tu mail y podrás ser unx de los ganadores para asistir al evento a realizarse mañana jueves 10 de enero, desde las 21:00 horas en Santa Filomena #110
Orange Juice – You can’t hide your love forever (1982)
Cuando los escuché la primera vez en 2008 pensé que era la versión lo fi de The Smiths y después me enteré que el grupo era anterior y de Glasgow. Una influencia que Mozz y Marr nunca reconocieron con su orgullo y arrogancia. Este es un disco que hasta hoy me sorprende y me emociona. Cuando escucho ‘Consolation Prize’ y ‘Felicity’ me digo “no puede ser tan bacán”. La increíble sensibilidad melódica, los cambios abruptos y la piedra angular del indie pop, según los propios británicos. Escúchenlo, en serio. La genialidad de Edwyn Collins en pleno.
https://www.youtube.com/watch?v=KTUeujbyNiQ
Courtney Barnett – Tell Me How You Really Feel (2018)
Podría hablar del primer disco, pero tengo más presente el segundo, que lo esperé con ansias, cuando ya la había visto en vivo y me inspiró aún más. Tell Me How You Really Feel llegó dos semanas antes de entrar a grabar mi segundo disco. Entonces fue más o menos mi banda sonora. Courtney Barnett es dulce y salvaje, es vulnerable y enrabiada. La mejor actitud posible. Sigue su inseguridad y sentimiento de culpa, pero con palabras de superación y de esperanza, como un bálsamo para todas esas frustraciones posibles.
Violent femmes – Violent femmes (1983)
Adoro ese disco de principio a fin. Punk con guitarra de palo extremadamente bailable. Es lo incómodo, apunta lo que está mal, cuando uno empieza a crecer y madurar (o no) y tiene esa angustia que sale por los poros, esa manera de cantar desordenada que es fascinante. Es una catarsis constante. Se pasan.
Beatles – A hard days night (1964)
Sus singles son hasta cuándo más trillados. ‘A Hard Days Night’, ‘Can’t Buy Me Love’ y ‘And I love Her’ que me dan profunda lata. Cuando viví en Liverpool me compré el CD de auto regalo de Navidad y me enamoré de bellezas como ‘Any Time At All’, que se la puedes dedicar a tus amigas pa’ decir que pueden contar contigo; ‘If I Fell’, para cuando estás por decidir si te lanzas con alguien; o ‘When I Get Home’, con la mejor apertura musical de canción, muy rocanrolera y ‘I’ll Be Back’, que es para llorar a gritos, porque es una despedida que es como “hasta pronto”, pero lo más probable es que sea para siempre.
Angel Olsen – My woman (2016)
Ya el tercer disco de esta norteamericana. Es desordenada, chascona, preciosa y posee esa voz maravillosa que le sale de lo más adentro, pero pareciera que no hiciera ningún esfuerzo cuando una la ve cantar. Tiene esa joya ‘Shut Up and Kiss Me’, que no me cansaba de escuchar. En cada canción está ese anhelo de lo que no se completa, lo que no se puede asir. Todos los años sueño que venga a Chile para verla en vivo y conocerla.
Nina Simone – Silk and soul (1967)
Es uno de mis vinilos favoritos que escucho para dibujar y pintar. Es el mejor soul que una puede encontrar. Ella es inigualable, por su torrente de fuerza, sensibilidad y sobre todo gran carácter, que está en sus letras y manera de cantar, que muchas veces es como una seda, tal como dice el título. Tiene una canción sobre el racismo desde los ojos de una niña, que es muy triste y se llama ‘Turning Point’.
Perrosky – Añoro (2015)
Es un disco que grabó Alejandro Perrosky solo, cuando vivía en una pensión a comienzos de los 2000. A medida que van pasando los temas se va afirmando su voz, adquiriendo más personalidad. Es un retrato desnudo de talento y sensibilidad. Tiene el primer demo de la canción llamada ‘Guiso’, que grabó de nuevo con el grupo y disco del mismo nombre en 2009. Hay otra que me emociona harto que se llama ‘Nada Le Importa’, que si tienen suerte, la escucharán en vivo. Me acuerdo cuando salió este compilado me di cuenta que podía hacer una canción si me sentaba a componer, sin esperar que algo súper fuerte me sucediera. Fue el punto de partida de escribir canciones como oficio.
Lucy Dacus – Historian (2018)
En los días que grabé ‘Tu No Vengas’, en el verano del 2017, me salió ‘I Don’t Want to be Funny Anymore’, de su disco anterior, en una lista de sugerencias de Spotify. Y dije: “¡qué es esto! ¡como no la cachaba antes!”. Me pareció tan bueno el titulo de la canción con esa actitud como de “quiero ser como se me dé la gana” que me cautivó y que tiene que ver con el espíritu de mi disco, en cuanto a las letras. El verano recién pasado apareció su segundo álbum Historian. Están las problemáticas cotidianas e íntimas en ese formato de rock alternativo de la contención y explosión que me sigue inspirando.
Belle and Sebastian – If you’re feeling sinister (1996)
Este es de los discos más queridos de los escoceses. El mío también, porque contiene las primeras canciones que conocí de ellos y me enamoraron. Una de mis favoritas es ‘Take Me Away From Here, I’m Dyin”, desde que los empecé a escuchar a principios de los 2000, con esa cosa escapista de no pertenecer y querer irse, que alguien te saque. También está ‘Judy and the Dream of Horses” que cierra el disco y varios conciertos de Belle and Sebastian, le puse oreja un día que iba caminando a ver a mi abuela en Viña. Me cautivó la letra, la eterna imaginación de la protagonista y su soledad siendo adolescente, tratando de buscar su espacio. Algún día quiero hacer un cover en vivo. Un álbum sensible, orquestal, pop, indie, sincero, honesto, y las mejores narraciones de buenas historias.
David Bowie – The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972)
Cuando se murió Bowie tuvimos que hacer un programa emergencia de tributo en Super45 radio y cada uno tenía que elegir un disco. Rápidamente elegí este, que es de los clásicos. Tiene solo hits. Hay glam del bueno y todos los elementos del rock and roll antiguo, que más me gusta. Guitarra, teclado, saxofón enlazados con melancolía y euforia. Una semana después compuse ‘A bailar’ en la que canto “si Bowie se murió, qué importa si no estás”, a modo de homenaje aunque la canción no tiene nada que ver con él. Eso sí, tiene varias partes melódicas diferentes, cierta ruptura que antes no solía hacer, pero que fueron el punto de partida para otros temas que vinieron después. Lo lindo fue que poco después estuve en el SXSW y había un grupo que tocó el álbum entero. Tenían la venia de Tony Visconti (el antiguo productor y amigo de Bowie).
Te invitamos a escuchar el disco de Ey Macarena, aquí: