Con 25 años de carrera, a BBS Paranoicos no los frena nadie. Durante el mes de junio editaron su octavo trabajo de estudio titulado Delusional, álbum que fue grabado en los estudios The Blasting Room en Estados Unidos y producido por Bill Stevenson, uno de los fundadores de los legendarios Descendents. Ahora la banda se encuentra ajustando los últimos detalles para lanzarlo con todas las de la ley este sábado 1 de septiembre en el centro de eventos Blondie, en un show especial en el cual interpretarán de manera íntegra el disco junto con los clásicos que marcaron la adolescencia de muchos.
Nos juntamos con Carlos “Ozz” Krestchmer a charlar sobre el nuevo material, el destino, la escena del hardcore punk y más.
—¿Cómo se viene el show de lanzamiento en Blondie? ¿Tienen sorpresas preparadas?
La verdad es que tenemos preparado un show bien extenso, quisimos hacer un recorrido por todos los discos, que ya son ocho de estudio y armamos un set largo de canciones, te estoy hablando más de 37 canciones. Es bueno porque es un concierto en que vamos a tocar solos y será interesante darle una sesión intensa a la gente que va a ir, además de tocar todo el disco nuevo completo. La otra cosa interesante, es que en otros lanzamientos anteriores tocábamos un bloque de canciones y luego tocábamos el disco entero en orden, pero esta vez quisimos integrar las canciones al set, o sea tres canciones antiguas, dos nuevas y así en cada bloque. Si bien el disco salió hace poco, el 15 de junio, la gente lo ha escuchado harto ya, está a punto de cumplir un millón de reproducciones en Spotify, entonces queremos ver si funciona esto que queremos plantear.
—¿Cómo has sentido el feedback de los fanáticos, respecto al disco, desde que lo lanzaron a la fecha?
Yo creo que bien, las expectativas son súper altas y el feedback ha sido súper bueno, considerando lo anterior, la gente no sintió en ningún momento que era menos de lo que esperaban, al contrario, les ha gustado mucho. Cada disco de los BBS es diferente al anterior y mucha gente se ha acostumbrado a esperar esa evolución entre un disco y otro. El álbum suena tan bien y está tan bien hecho que termina enganchándote rápidamente, la gente ha encontrado que es uno de los mejores discos que hemos grabado y con eso nosotros estamos de acuerdo y creemos que vamos evolucionando para mejor.
—¿Cómo se gesta la colaboración con Bill Stevenson?
Te da para creer en el destino o no, podís ser una persona que tiene esa creencia o no, pero la cosa es que me gané una beca para estudiar inglés en la universidad donde trabajo. Hice un curso y después me dijeron que postulara a una beca para ir a estudiar a Estados Unidos un semestre, postulé y me la gané. La cosa es que la ciudad donde vive Bill Stevenson, donde tiene su estudio, y que para nosotros es un referente máximo, era a tres cuadras del lugar donde yo tenía que estar estudiando, no podía no ir. Entonces un día fui con toda mi patudez, toqué la puerta: “hola vengo de Chile, estoy aprendiendo inglés, soy fanático de Descendents y quería conocer el estudio”, entré, me hicieron un tour por el lugar y de ahí yo les dije “tengo un grupo”, después caché que cuánta gente debe llegar con la misma ja, ja, ja. Y me dijeron que les mostrara algo y puse el video de ‘Sin Salida’ en el computador y se sorprendieron, me preguntaron un montón de cosas, me pidieron que dejara los links y que siguiéramos conversando por correo. Después volví a Chile y teníamos como en dos meses más el concierto con Descendents, cuando nos invitaron a telonear y en todo ese tiempo conversé con Bill Stevenson, con la gente del estudio y convencí a mi grupo que teníamos que grabar allá y tomar ese desafío mayor a estas alturas de nuestras vidas.
—¿Consideras Delusional un paso concreto para la internacionalización?
Es un paso concreto y lo vivimos con esa intención, de poder crear un disco que esté a nivel internacional, a nivel de los discos que se graban en Estados Unidos, a nivel de las bandas gringas, a nivel de lo mejor que se pueda lograr en calidad de sonido e interpretación. Queremos creer que las canciones son buenas y al menos la gente que lo ha escuchado ha encontrado que sí, entonces ahora tenemos una herramienta que nos permite poder competir, poder presentarnos y ofrecer nuestra propuesta en otros países y en eso estamos, tratando de hacer presentaciones en otras ciudades. El ideal nuestro no era quedarnos con el disco acá en Santiago, para eso lo grabábamos acá, la idea era precisamente mostrarlo afuera, ahora estamos viendo una presentación en Perú para diciembre y viendo que otras cosas salen.
—¿Cuánto de ustedes hay en las letras del disco? ¿Consideras que fue catártico grabarlo?
Yo escribí las letras del disco y fue una experiencia bien catártica, de poder casi psicoanalizarme y confesar un montón de cosas que estoy sintiendo o viviendo en mi momento actual, tal vez no de manera tan directa pero sí me permitió hablar de ella. Es un disco que trata temas bien neuróticos y dentro de eso, le fui dando un concepto que me permitió armar un hilo conductor. para hablar de distintas cosas a través de las canciones.
—¿Cuál es tu canción favorita del disco?
Mi canción favorita se llama ‘Mis Historias’ y es la última del disco, tiene una letra bien introspectiva y la música me gusta porque es bien melódica y potente. Los BBS siempre han querido sonar así y creo que con este tema lo logramos harto.
—¿Qué ha sido lo más bacán que les ha ocurrido como banda en estos 25 años de carrera?
Lo más bacán que nos ha ocurrido realmente es seguir tocando, que se ha transformado en una constante importante en nuestra vida, que cada vez se fue convirtiendo en algo más importante, que no fue un pasatiempo sino una opción de vida. Y dentro de eso hemos encontrado de todo, hartas alegrías, hemos encontrado momentos para expresar nuestros sentimientos, hemos hecho conciertos notables y hemos tenido momentos bajos también, como la vida misma que no es plana, que tiene altos y bajos. Yo creo que hemos podido reflejar y plasmar harto de nuestras vidas en lo que es BBS Paranoicos y en la forma en que se comporta el grupo, una banda bien libre y que no busca enmarcarse mucho en conceptos preestablecidos, sino que busca fluir como la vida misma. Me puse existencial ja, ja, ja.
—¿Qué les falta por hacer como grupo musicalmente hablando?
Nos falta aprender a tocar mucho mejor, yo creo que nosotros tenemos un lenguaje musical o queremos expresar una idea y con el correr del tiempo fuimos aprendiendo a tocar de alguna manera. Pero siempre fue un aprendizaje más autónomo, menos formal, un aprendizaje más intuitivo de nosotros, una exploración musical. Luego nos dimos cuenta que necesitábamos tener las herramientas para poder expresar un mensaje musical o las ideas que teníamos en la cabeza y que no éramos capaces de tocarlas con las manos, o sea necesitábamos encontrar un lenguaje. Con el tiempo tratamos de incorporar estas nuevas ideas y aprender a tocarlas, entonces una de las cosas que nos falta musicalmente aún es mejorar como banda, mejorar como cantantes, mejorar en profesionalismo y si bien lo somos, no me quiero malinterpretar, pero tener una rutina de trabajo más centrada todavía en el grupo que la actual. Queremos trabajar más, tocar más, salir más de gira, a eso me refiero.
—¿Cómo ves a esta nueva generación del hardcore punk actual?
Yo creo que hay buenos grupos que tienen una escena que lamentablemente no ha crecido mucho, o sea hay más de una escena: hay hardcore punk melódico, una escena punk, una escena más política, etc. Y lo que te puedo decir yo, como he vivido hartos años al alero de estas escenas, las he visto crecer y también las he visto morir porque no se renuevan, no son convocantes, porque se vuelven sectarias. Entonces una de las principales prioridades para que la escena musical crezca es que las bandas compartan no siempre el mismo estilo, que no se transformen en dogmas, que puedan compartir y valorar música que no es igual a la de ellos, eso es súper importante. Hay buenas bandas que llevan muchos años tocando pero les falta poder ampliar sus círculos, trabajan bien en la independencia, usan buenas herramientas desde la autogestión pero les falta ser más convocantes.
—¿Qué es lo más difícil de hacer música en Chile?
Yo creo que, en general, lo más difícil es tener por un lado una propuesta que sea original, tener una entidad propia y asociado a eso poder encontrar espacios para poder mostrar tu propuesta. Si bien existen muchos portales, revistas en internet, Soundcloud, Spotify y un millón de lados donde poner tu música a la disposición de la gente, son tantas las alternativas que es súper necesario destacar y que le gente se interese en escucharte. Falta un elemento diferenciador, lograr esa identidad permite que te puedas diferenciar de ese mundo de bandas que hay ahí, eso va a permitir que se abran espacios donde poder tocar, entonces encontrar un espacio para mostrar tu música y surgir es lo más complejo.
Y por último, estamos en el país del juego del topo, ¿has visto ese juego donde un topo saca la cabeza por un hoyo y tienes que pegarle con un martillo?, bueno, cuando las bandas logran sacar la cabeza, les dan martillazos de todos lados porque en este país no les gusta que surjan, a nadie le gusta que a una banda le vaya mejor que a la suya, por eso no surgen grupos nuevos.