Por High Then
El cine independiente es sinónimo de bajo presupuesto, y en pos de ello suelen conjugarse todos los elementos que componen una película. Pero lejos de ser esa su problemática es ella su gran gracia, porque la falta de opciones suele abrir puertas aún más interesantes que otras que rebosan en convenciones y clichés, ganando en operaciones estilísticas. Bajo esta premisa opera Day Night Day Night y lo hace con efectividad, sobre todo al tratarse de una película que aborda un tema como el terrorismo, que por sus características podría necesitar en demasía de efectos especiales o de operaciones que requieran de un presupuesto considerablemente mayor, pero que en este caso no hacen falta porque son solucionadas de maneras mucho más interesantes que las usuales.
Así la película se vale de un sonido excesivamente detallista que va construyendo suspenso en la medida que el relato avanza. Los espacios, en su mayoría silenciosos, sumados a la falta total de música, enfatizan ese carácter suspensivo y le otorgan a la película un tono intrigante. Del mismo modo, la toma de decisiones en cuanto a la historia evita lugares comunes generando personajes atípicos, humanizados, no sobrepasados por el imaginario que se tiene del terrorista.
Obviamente al estar esta película bajo el alero de un gran estudio cinematográfico, dichos elementos hubiesen sido abordados de manera radicalmente opuesta y los terroristas más allá de llevar largas barbas, atuendos del medio oriente y hablar un inglés con un claro acento extranjero (todos éstos aspectos que no se dan en Day Night Day Night) habrían tenido un comportamiento extremadamente fanático, desmesurado y violento; en la película son amables, torpes y quizás demasiado atentos. Otra decisión que va por la misma línea es la de mantener siempre a los terroristas encapuchados, ésta no solo permite utilizar a cualquier actor sino que brinda a los personajes misterio e interés.
Incluso Day Night Day Night en pos de este ideal de cine independiente toma riesgos que producen ciertos saltos. La disyuntiva entre grabar en plena calle con gente mirando la cámara y cuidar el encuadre se resuelve en pos del cuidado fotográfico de los planos, y si bien las miradas que se dirigen a la cámara molestan un poco, el buen tratamiento de la fotografía termina imponiéndose.
Finalmente el hecho de que no explote la bomba que la protagonista tenía lista para hacer estallar en Nueva York, me parece más una decisión de guión que una imposición del presupuesto, sin embargo dicha decisión primera sin duda se puede sostener gracias a ese bajo presupuesto. Esta misma película con otros recursos es muy probable que hubiese necesitado de una explosión, lo cual la habría situado en otra lógica, en otra manera de hacer cine.
Vídeo: Trailer ‘Day Night Day Night (2006)’