Con la muerte de MF DOOM, la mayoría de la gente recalca su calidad musical, pero tan importante como eso es la habilidad que tuvo para combinar ficción con realidad.
Un profesor de guión un día dijo algo que nunca voy a olvidar: Los mejores villanos creen ser los héroes de su propia historia. Y por la cresta que tenía razón.
Si miramos bajo ese prisma a MF DOOM, el alter ego creado por el recientemente fallecido rapero Daniel Dumile, uno puede comenzar a entender de mejor manera la riqueza del mundo interconectado que sus álbumes han ido creando. La gran cantidad de historias, personajes, discos y colaboraciones que se vinculan en sus letras es tan grande y profunda que llega al punto de hacerle la vida imposible a quién sea que se dedique a mantener actualizada la Wikipedia del MC.
MF DOOM será recordado por siempre como el supervillano del rap. Un personaje inspirado en el clásico personaje de cómics Victor Von Doom (AKA: Dr. Doom), el némesis de Los Cuatro Fantásticos, quien también ocultaba su rostro bajo una máscara de metal, y que buscaba la dominación mundial como una forma de mejorar a la humanidad que tantas veces le había fallado. Si bien en los cómics el Dr. Doom comienza su odio por una desfiguración facial (para nada inspirada en el Fantasma de la Ópera), en el caso del rapero la desfiguración es más de alma.
Los fans del MC ya conocerán este dato, pero a los 19 años el hermano de Daniel, Dingilizwe Dumile (conocido como DJ Subroc) murió después de ser chocado por un auto. Eso hizo que la banda en la que participaban ambos, MKD, tuviera un abrupto final que llevó a Daniel a vivir los que deben ser los años más oscuros de su vida.
Su salida para tanta frustración fue (tal cómo lo hacen los nerds con los cómics, los hipsters con las películas y los pretenciosos como nosotros con la música) la ficción.
Dumile creó un mundo entero que juega con los límites de la ficción y de la realidad, una apuesta que no inventó él pero que como todos los genios (aló, Bowie) ayudó a perfeccionar y llevarlo a límites que en un comienzo no parecían posibles. Esto lo hace merecedor de un análisis de su obra mucho más profundo del que hasta ahora se está haciendo. Este texto no planea ser ese análisis profundo, pero busca dar el primer paso en esa dirección.
Sí, sabemos que Madvillainy (2003) es un discazo de proporciones. Sí, sabemos que ‘Beef Rap’ es un temazo que dejó locos a todos en su momento. Sí, sabemos que tenía un talento innato de productor bajo su alias de Metal Fingers (de hecho hay varios discos instrumentales bajo ese nombre). Sabemos de memoria todo eso. Pero no se le está dando la importancia necesaria al talento que requiere tomar un medio tan conocido por todos como la música y lograr borrar la frontera entre realidad y la invención.
El supervillano
Después de la muerte de DJ Subroc, tres años le costaría a Daniel regresar a la música con Operation: Doomsday (1999), el primer álbum bajo el nombre de MF DOOM y donde se lanza de cabeza a su nuevo personaje, un rapero que se autodenomina un supervillano y que tiene la idea de dominar el mundo.
Quizás el concepto puede sonar un poco ingenuo y hasta caricaturesco, pero en pleno 1999, cuando el rap ya se había desgastado de tanto hablar de mujeres, armas y drogas, el planteamiento que ofrecía DOOM era tan original que era imposible de obviar.
Pero el concepto del supervillano va mucho más allá de ser simplemente una presentación divertida, o un intento de hacer algo más que rimar sobre cosas diferentes a las que todos los MC estaban rapeando en ese momento. A lo largo de su carrera, Dumile empezó a “coleccionar” personalidades y poblar sus historias de personajes ficticios, pero a la vez distintos. Desde el villano más joven al que bautizó como Viktor Vaughn, pasando por el monstruo interdimensional King Geedorah (nombre directamente robado de uno de los enemigos de Godzilla), e incluso llegó a presentar a Mr. Fantastik, un personaje al que Daniel no le da su voz, sino que prefiere entregárselo a un MC que hasta el día de hoy no se sabe a ciencia cierta quién es.
Con esto, y como él mismo DOOM ha dicho en varias entrevistas, puede contar historias desde distintos puntos de vista, que incluso pueden colisionar entre sí, una forma de narrativa que plagió de los libros, películas y sus tan amados cómics.
El personaje del supervillano no solo vive en las canciones ficticias de su autor, sino que también en el mundo real. Muchos no olvidan cuando en 2019 dijo que no escuchaba rap y que, básicamente, hacía rimas solo para ganar dinero. Como uno de los comentarios de los fans de ese tiempo decía: “decir eso es definitivamente algo muy de villano”. Además de eso, recordados son los pocos conciertos que MF DOOM dio en vida, pero más recordadas son las actuaciones donde envió DOOMBOTS, el nombre que recibieron las personas que Dumile mandaba a hacer lipsync a sus actuaciones y que muchas veces terminó en grandes revueltas cuando el público se daba cuenta del truco.
El mismo MC dijo muchas veces que, en varias de esas actuaciones, mandaba al escenario a su DOOMBOT mientras él se colaba sin máscara en el público para tomar una cerveza y ver en vivo sus propias canciones. Lo que nos lleva al siguiente tema:
La Máscara
En la entrevista más famosa que debe tener DOOM en internet (esa de Red Bull Music Academy que Youtube ya te debe haber recomendado muchas veces), le preguntan de manera directa sobre el significado de su máscara. Su respuesta, parafraseando un poco, es bastante simple: La máscara es una forma de rebelarse contra la idea de vender un producto desde su condición como ser humano. En tiempos donde el hip-hop estaba centrándose más en cómo se veían los videos o los mismos raperos, MF DOOM jugó con el concepto de la máscara para tratar de enfocar la atención de la gente en la música, en las letras, en el mensaje.
Llegas por el personaje, te quedas por el mensaje.
Desde el momento en que adoptó la máscara (que según él mismo cuenta, es una réplica de las máscaras de la película “Gladiador” que vendían en E.E.U.U. en ese tiempo) ha sido virtualmente imposible verlo sin ella. Sus shows los hace enmascarado, las entrevistas igual, hasta existen fotos de Dumile cocinando con su cara tapada por el metal.
Al pensar en la máscara como el artilugio que permite “vender” la idea del supervillano, es más fácil comprender sus acciones como la de mandar sus DOOMBOTS a hacer sus shows (sin mencionar que el mismo Dr. Doom hacía lo mismo al enfrentar a Los Cuatro Fantásticos). Lo importante no es la persona que está detrás de ella, el foco no es Daniel Dumile, lo que vale la pena realmente es la música.
Ciertamente no es el primer artista en ocupar una máscara, pero si es quien llevó el concepto más lejos. Todos sabíamos quién era la persona que se escondía detrás de ese pedazo de metal, pero en un consenso tácito, todos los fans aceptamos que no es lo importante, a pesar de que algunos siguen enojados por pagar por ver un DOOMBOT.
A la vez que el concepto de MF DOOM se distancia de Daniel Dumile, el mismo MC jugaba con la idea entre su personalidad real y sus personajes ficticios. Y ahí es donde reside su genialidad. Después de toda esa vuelta, hablemos de lo importante.
Metal Face: O lo real que puede llegar a ser la ficción
En su canción ‘Doomsday’, hay una frase que ha dejado marcados a la mayoría de los que lo seguimos: Ever since the womb till I’m back where my brother went. That ‘s what my tomb will say, right above my government Dumile.
La frase comienza recordando a su hermano muerto, pero termina hablando de su idea de dominación mundial. Ambos conceptos chocan, ya que uno trata sobre Daniel Dumile, mientras que el otro sobre los deseos de grandeza de DOOM. Como si esto no fuera poco, corona todo con su nombre real, como si la dominación mundial llegara de la mano de su alter ego, pero fuera la persona real la que se queda con el reconocimiento.
Entonces, si estamos hablando de un artista que trata tanto de distinguir sus personajes de su personalidad real ¿Quién fue el que realmente rimó esa frase? ¿Dumile o DOOM? Quizás la pregunta que de verdad hay que hacer es: ¿Acaso importa?
Entre tanto alter-ego distinto, entre tantas rimas excelentes y entre tanto disco colaborativo, MF DOOM logró hacer algo que, al menos en mi caso, solo he visto un puñado de veces: lograr erradicar de manera tan de raíz el ego y la personalidad del artista, que no sabes si esa frase salió de la boca de Dumile o de alguno de sus múltiples personajes. O de los dos.
¿Eso siquiera se puede hacer? Bueno, MF DOOM es muestra fehaciente que sí.
Al final, entre tanto rapero que busca crear un mito sobre su nombre, incluso inventando historias sobre su vida, DOOM mira a la cara a la ficción para crear un mundo más real de lo que muchos picados a gangsta pueden conseguir.
La ficción siempre ha sido parte de nuestras vidas- Desde el cine hasta los libros, incluso pasando por las canciones o discos conceptuales. Pero, al menos hasta el momento, estos medios creados para contar historias no logran dar el siguiente paso, el de entregar un producto del que no sepas qué parte es real y cuál ficticia (por más intentos que hayan); y si bien sería ciego decir que Daniel Dumile fue el primero en hacerlo, si es innegable que fue uno de los artistas que mejor lo hizo.
MF DOOM falleció el 31 de octubre del año pasado (el día perfecto para que un villano como él muriera), pero recién en Año Nuevo se supo la noticia (arruinando la festividad de muchos, otro movimiento muy de villano). A pesar de todos los párrafos que se han escrito sobre sus discos, colaboraciones y rimas, es importante recordar que quizás su mayor legado es estirar los límites de la ficción, adentrándola en el terreno de la realidad, confundiendo al oyente entregando un producto que el capitalismo no pudo tragar y regurgitar, como viene haciendo por años con las formas de rebelión modernas.
No solo se adelantó por cinco años al Universo Interconectado de Marvel. No solo entregó algunos de los discos más clásicos de rap de comienzos del siglo XXI. No solo será recordado como uno de los artistas más originales de la historia, sin importar el género musical. No solo planteó un anti-héroe genial antes de la existencia de Breaking Bad, sino que también nos dio pequeños pedazos de su vida y de su alma, escondidos en historias de villanos y monstruos gigantes de tres cabezas.
Esas son precisamente el tipo de cosas que hacen que una leyenda como Q-Tip (la mente maestra detrás de A Tribe Called Quest) lo definiera de la mejor forma posible: “El rapero favorito de tu rapero favorito”.