“El país está como lo pensó Pinochet. Cuando dicen “le ganamos a Pinochet”… Pienso que no es verdad”. Eso decía Ana González, un símbolo vivo de la lucha contra la dictadura y de la búsqueda de justicia, hoy en una entrevista para el diario El País.
A algunos les quitaron a sus amigos y familia. Les destrozaron la vida. A otros se la quitaron con las torturas más espantosas. A todos -incluso a los que aún no nacíamos- nos despojaron de nuestros derechos básicos, que aún no se recomponen después de 45 años. El manto de la dictadura nos cubre todos los días con la Constitución que dicta las guías del país, cuando nos endeudamos por enfermarnos o por estudiar, cuando nuestros abuelos no pueden permitirse el descanso después de toda una vida, porque hay que comer.
Ha pasado casi medio siglo y Chile se manifiesta de muchas formas como un país implacable, triste y doloroso. ¿Cómo se combate ese dolor? ¿Cómo se resiste? Aquí es cuando la memoria se mira como la joya más preciada que tenemos escondida en nuestra casa, en el abrazo que le damos a nuestros amigos, a nuestra familia. En la música que escuchamos y que arma también el mapa de nuestras vidas. El ejercicio de la memoria puede salvarnos. Invitamos a algunos artistas a realizarlo y compartir con nosotros -con todos- lo que piensan y también las canciones que los acompañan.
Felipe Berríos, Bronko Yotte – Músico
Para mí el 11 de septiembre del ’73 es representativo de lo que pasó los diecisiete años que le siguieron, y más allá. Pero me centro en la dictadura, porque yo soy lo suficientemente viejo como para que sea un recuerdo vívido, directo. Nací solo seis años después del bombardeo de La Moneda, y eso no es tanto. Cuando mi abuela y mis tías nos contaban a los niños sobre ese día, sobre la familia escuchando la radio Magallanes reunida en el baño, esa emoción que nos transmitían no era anecdótica. Porque estuvo siempre latente y parte de ella quedó, aunque diluida quizá, en el Chile posterior. Hace poco descubrí unos canales de YouTube en los que suben comerciales de tele de los 80, y si bien dan nostalgia, como que todo se me vuelve a revelar con un dejo ominoso, aunque solo sea publicidad.
Le dedico a este día la canción que le dedicaron Los Tres en su disco debut, ‘Flores secas’. Expresar ese rencor abiertamente en el ’91 ya era signo de que éramos un poco más libres.
Camila González, Editorial Amistad y Ruidosa – Periodista y artista
Para mí cada 11 de septiembre es un recordatorio de la importancia de ideales como la libertad de expresión, la democracia, la sororidad y una revolución en pos de una sociedad más equitativa, justa y crítica. También es una oportunidad de conectarme con mi propia historia: conversar con mis padres sobre el significado de esta fecha en la historia familiar, su juventud, el exilio forzado, las familias fracturadas, el miedo, la amistad y su historia de amor que nos terminó llevando a Concepción.
Juan Pablo Órdenes, Columpios al Suelo, Maifersoni – Músico
El 11 de septiembre es el día en que apagaron la luz, el fin de la inocencia, pero esa palabra no existe desde hace siglos en este continente despiadado. El final del juego, un final devastador de épocas pasadas donde “hacer la revolución” era un camino real y no artificioso; y también es el inicio de muchas cosas, de un diseño mental que se instaló en todos nosotros, lo hayamos vivido, o no. Una sensación de mortalidad, de que esto se acaba, de que no hay sueño que la realidad no termine aplastando finalmente. El 11 es nuestra condena, fue la bota que rompió el espejo en mil pedazos, que es lo que somos ahora, fragmentos inacabados que no terminan de unirse entre sí. Nos arrebataron a nuestros artistas, a nuestros genios, nos cortaron las manos y esa amarga sensación dura hasta ahora, en esta dictadura del pensamiento, en este control en el que seguimos viviendo.
Pienso en dos canciones, las dos del mismo: Jorge González. ‘Allende vive (y yo sé dónde)’ de su disco Mi Destino. Es destemplada, la patria es una inmensa mentira, “qué barsa el presidente, habla de este país, por qué no le llama fundo y honra su raíz”. Chile es un fundo (y no nos pertenece). La otra, que es una especie de himno de vida para mí es de cuando JG no alcanzaba aún los 20 años de edad: ‘No Necesitamos Banderas’, una de las canciones más inspiradoras que he escuchado en la vida, un verdadero escupitajo a la humanidad y sus falsos líderes, un llamado a la acción, a descreer de todos, sin distinguir credo. A no dejarse estafar, a no sentirse parte de un total. Renegar de un patrón, matar al padre, no confiar en la institución, nunca más.
Juan Fernando Rubilar, Medio Hermano, Juan Al Medio – Músico
Si no es para sacarlo del nombre de alguna calle, el 11 de septiembre no se debe olvidar. A mí la fecha me pone sensible, me amargo (más de lo común), me irrita especialmente porque por esos días la herencia de la dictadura pega más fuerte, y los hipócritas que se ponen convenientemente del lado de las víctimas salen a decirnos que “basta de odiosidad”, como si ellos no fueran la principal piedra de tope para la tan manoseada reconciliación. Con todo lo siniestro que es el 11 (y lo que vino después), no se debe olvidar, y es nuestro deber como generación que la fecha no pase en vano hasta superar algunos pisos éticos mínimos, como borrar la sombra de Pinochet en la Constitución y darle justicia a todas esas familias.
Quiero musicalizar la fecha con este disco que hace años escucho sagradamente en estas fechas, es hermosamente paradójico que se llame Viva Chile, y lo hayan hecho en Italia el ’73, cuando se fueron exiliados
Rae del Cerro, Horregias – Música
Ví un VHS escondida cuando chica, con testimonios de brutal tortura, testimonios de mujeres sobrevivientes de la más horrenda violencia. No estaba tan chica y hasta ese momento no sabía nada de eso. De los secuestros, las casas de tortura, de las ratas, la electricidad, mujeres que entrenaban perros para violar y a otras mujeres para torturar y desaparecer personas, de violadores, asesinos todos aprobados por el dictador, actuando impunes, y hasta hoy, que da rabia el silencio que mantienen, que no haya reparación alguna, que haya gente que no quiera ver, que importe más la plata que se robó el viejo culiao que la vida de personas. Chile es horrendo por esto. Porque no tiene memoria y las aberraciones de la dictadura se siguen perpetuando. Por eso pienso que el 11 nunca dejará de ser un excelente día para quemarlo todo. Para que, esperemos algún día, nunca más.
Le dedico ‘Fire On Babylon’ de Sinead O’Connor.
Ricardo “Botón” Herrera, Medio Hermano, Estudio Los Aliaga – Músico y Productor musical
Para mí el 11 de septiembre de 1973 representa vergüenza y brutalidad. Podrías no haber estado a favor de la unidad popular y sentir que el gobierno de Allende era pésimo y que provocaba pobreza, pero defender y justificar un ataque con bombas desde el propio ejército chileno hacia la casa de gobierno con el fin de derrocar, exterminar y arrinconar a los que estaban ahí como si fueran ratones, me parece de una cobardía atroz, que representa el poder del más fuerte, del que pega gana, el triunfo del matonaje. Es horrible, pues si bien el socialismo también representa dictadura, genocidio y pobreza para muchos, para Chile significó un proceso de reflexión y comunión de un grupo de chilenos por una vía democrática que en la práctica representa el poder de cambiar tu mundo a través de organización, algo que le hace mucha falta a la identidad chilena. Ni ahí con prender velas a Allende pues creo en fortalecer el poder del Estado (en su defecto, no al empresariado) en la nacionalización de los recursos naturales y de la producción, no obstante creo que en el sentido político no me extraña que hubiera significado imperialismo en el campo semántico para los que no estaban de acuerdo. Creo que el golpe de estado de 1973 es un síntoma del síndrome de Estocolmo a nivel nacional provocado por el odio y el matonaje existente en esa etapa de nuestro país. Me gustaría poner el Canto de Chile de Charo Cofré, disco completo.
Juanita La O – Música
Cuando era chica mis viejos escuchaban Sting. Había una que me encantaba que se llama ‘They Dance Alone’. que tenía una flautita chora. Me acuerdo haber distinguido la palabra Pinochet en una de las estrofas y me llamó mucho la atención, qué tenía que ver Sting con Chile. Mi mamá me explicó de qué se trataba y me emocioné mucho, era muy chica y no cachaba nada de esa parte de la historia. Tan reciente, horrible y triste me pareció que por mucho tiempo fue una de mis canciones favoritas, traduje la letra para ver que decía. Que ellas todavía bailaban solas, con sus maridos, padres e hijos que ya no estaban y nunca volverían a ver, qué tan terrible había sido esto que inspiró canciones en el mundo entero. Puede ser un poco cliché y literal, pero con esta canción fue cuando primero me conecté con esta herida de mi país, pienso en ella cuando pienso en todos los que extrañarán por siempre a sus queridos que no volvieron a encontrar.
Maxi ‘Cat’ Murillo, Los Bárbara Blade, Fiestas Baila Como Quieras – Músico y DJ
Mi existencia no sería posible sin exilio, represión y mala leche de por medio. Mi madre volvió al país en 1990 llena de ilusiones para una transición que, a nuestro juicio, nunca terminó y nos dejó a medio transicionar. Personalmente, nunca me aburro de recordarle a los colectiveros, uberistas y familiares que Pinochet fue un dictador genocida y ladrón, aunque a veces da miedo decirlo. Uno se imagina que lo van a bajar del uber, que lo van a tratar mal o mirar feo. Pero también creo que es necesario seguir echándole sal a la herida, porque una herida tan larga y tan profunda, termina deviniendo en identidad.
Las canciones que elegí son ‘Chile no está lejos’ de Aparato Raro. Me encantan ellos porque expresan cierta alienación mediada por la tecnología que me parece profética como joven millennial criado en neoliberalismo. En esta canción el texto pasa únicamente por samples de voz que refieren al país sin atribuirle un juicio de valor, haciéndole una finta a la censura. El concepto es tan simple: nosotros, siempre aislados, siempre atrasados en todo, “Chile”, no estamos lejos. Expresa una autonomía o una autovalidación que pocos se encargan de ejercer ya que siempre existe la fantasía de abandonar este país por otro mejor.
La segunda canción que elegí es ‘Resentido’ de Alejandro Paz, que es una canción que interpreta la cuestión que nos divide: el perdón, el olvido. Y sin resabios del jipismo lana que tanto criticó Jorge González, representando entonces cierta tradición de resistencia cultural con la que comulgo mucho. Esta canción se compromete por un punto de vista que exige no ser amarillo, y a mí eso me emociona.
Emilio Fabar, Asamblea Internacional del Fuego – Músico
Soy hijo de un obrero comunista, mi padre fue dirigente del sindicato de Metalpar, y en el año ’72-’73, trabajó en los comedores de la UNCTAD (actual GAM). Yo nací en el ’78, y en el año 1983, mi padre engrosó las listas de prisioneros políticos de la dictadura. Tengo el recuerdo vivo de mi madre yendo a la Vicaría de la Solidaridad, era súper chico cuando aprendí lo que era un Recurso de Amparo, también supe de cabro que era un allanamiento, siempre le tuve terror a los pacos y en especial a esos chanchos que venían cada cierto tiempo, de civil, a preguntar por mi viejo en un auto Opala, con bigotes estilo Corbalán.
Mi infancia transcurrió de pleno en los ochentas, cuando lo más entretenido que podías hacer era mirar Sábados Gigantes, ahí la gente se olvidaba un poco del PEN (Programa del Empleo Mínimo) y el POHJ (Programa Ocupacional para Jefes de Hogar) y la economía del hambre. Una vez vi a mi taita con una máquina que imprimía volantes y le pregunté cómo se llamaba, mimeógrafo me respondió, eso fue para las jornadas de protesta cuando quemaron vivos a Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana.
Con esas noticias fuimos dimensionando el horror con el que convivíamos.
Yanara Zarhi, Las Brumas – Música
El 11 de septiembre es un agujero negro. El punto sobre el que se van amontando uno a uno los días, con la terrible sensación de que la maldad muchas veces gana. Un día que dejó convencida a la gente de que “el mundo es de los aprovechadores, de los poderosos, de los ladrones de terno y corbata’’, como dijo mi padre hace unos días. Qué ganas de ganarle a la gente mala e indolente y lograr una excepción a la regla. Ojalá pasaran al olvido los Pinochet, los Jaime Guzmán y recordemos siempre a todos los Víctor Jara que no conocimos.
Felipe Metraca, Cómo Asesinar a Felipes – Músico
Es una fecha que me provoca tristeza, reflexión, dolor. Cada año cumplo con un par de ritos sin falta, humilde homenaje a lo que sufrieron por la ambición de otros.
Delia Valdebenito – Música
Un doloroso y terrible acontecimiento, debido a que significa una guerra estúpida de clases y política dentro de nosotros mismos, que somos parte de una misma cultura e identidad. Una guerra que hasta el día de hoy nos divide como pueblo y la cual define muchos problemas en nuestra sociedad como preocuparse por cuánto tienes, cuál es tu pega, de qué familia vienes y dónde vives.
Espero algún día nos preocupemos más por nuestra tierra, por la igualdad y por la unidad, que de estos parámetros que generan uno de los cánceres más detestables: la superficialidad.
Nader Cabezas – Músico
El 11 es la instauración oficial del horror y el silencio. El control absoluto de los cuerpos, disciplinados o masacrados. Es la imagen de Saturno devorando a sus hijos, el Estado alimentándose con la sangre de sus ciudadanos. Nuestra propia guerra de los mundos.
Gabo Paillao, La Brígida Orquesta – Músico
Nací en una pobla al lado de La Pincoya, aunque para un externo a ella esto no haría ninguna diferencia. El 11 había que prepararse, dejar compradas un par de velas, entrarse temprano y esperar a que no cayera ninguna lacrimógena en el techo de la casa y si caía ojala haber dejado a los más chicos (incluyéndome en esos años) en algún lugar donde fuera difícil que entrara el gas de ese artilugio tan preciado por Carabineros de Shile. Para mí el 11 era eso, violencia.
No tenía idea de que había pasado en septiembre del 73, pero llegaba el 11 y sentía miedo. Los pacos no habían cambiado. Los pacos no han cambiado.
Más grande supe del Nacional, del golpe y del horror que se vivió. Hasta el día de hoy no logro dimensionar el dolor, la crueldad y la violencia vivida por todos los que murieron y desaparecieron el 11, ni el de todos sus familiares. Menos aún puedo entender como sigue existiendo gente en este país que se sienta con el derecho de justificarlo. Para mí, septiembre es un mes más y como dice el Andi Portavoz: “Si algún día grito Viva Chile será el día en que Chile sea del pueblo libre”.
Mucho por aprender. Nada que celebrar.
Francisco Heredia, Poder Fantasma – Músico
A mi parecer, el golpe de estado, la dictadura y el retorno a la democracia fueron solo una gran estrategia hecha por los grandes grupos económicos que manejan a Chile y parte de Latinoamérica. Estrategia que funcionó perfectamente, porque hasta el día de hoy son ellos los que realmente controlan este país. El documental “El diario de Agustín” relata muy bien todo este proceso, partiendo por el hecho que Agustín Edwars fue el que pidió ayuda a EEUU para realizar el golpe y devolverle su poder económico. Luego, pareciera ser que nuestro “retorno a la democracia”, no fue más que una manera de tranquilizar al pueblo, haciéndole creer que ya no existía un enemigo real, pero nos dejó con una Constitución hecha a la medida de los empresarios, nos dejó también un odio tremendo hacia nosotros mismos (cuando por ejemplo en Alemania, luego de Hitler, se instauraron inmediatamente políticas para no continuar el odio entre alemanes y judíos), y además nos dejó con muchas dudas sobre lo que realmente pasó. Creo que la figura de Pinochet, no es más que la de un simple títere, controlado por personas que lo único que querían era que perdurara su hegemonía económica.
Philippe Arama, Remission, Invierno – Músico
El dolor que ellos sintieron yo no lo sentí, pero la única sensación que me provoca es compasión. Los crímenes contra la humanidad no pueden ser justificados por cambiar un modelo económico ya que están robando vidas. Represión, agresión y una carga de vergüenza. Este país está manchado con sangre y miles de nombres perdidos. La destrucción de familias e ideales es sumamente obsceno y el fin jamás justificará los medios. Nunca lo hará, y no debemos olvidar que derramaron sangre.
Me enferma cuando un adulto dice “no lo viviste tú” cuando la cosa es simple: una vida inocente vale más que todo el sistema capitalista.
Kotalo Gallardo, Parálisis del Sueño – Músico
Si vienes de una familia que lo pasó mal en dictadura y vives en una población (alguna vez “Campamento Che Guevara”) es medio imposible pasar por alto una fecha como el 11 de septiembre. Creces conociendo historias de esos años y observas repercusiones del golpe y de su violencia de manera más consciente. No me deja de impactar y provocar una ansiedad tremenda pensar en toda la gente detenida, golpeada, violentada, asesinada. Pensar que hubo gente en Chile que se levantaba temprano, desayunaba y se arreglaba para ir a torturar a otros chilenos, vivían de eso, y no pasó hace tanto rato.
Creo que independiente de tu sector político o de tu edad, hay que entender que la negación de esas atrocidades es mal síntoma. Hay gente que la practica e invita a los demás a unirse con tono simpático. A esa gente hay que escucharla pero no hay que comprarles nada, hacerles caso agranda una herida que ya es gigante.
El año pasado escribí una canción que habla sobre la necesidad de conversar el tema con las generaciones que vienen, pensando en mis hermanos chicos y en el país en el que crecerán y vivirán. Por movidas extrañas de la vida terminé tocándola en uno de los subterráneos del Estadio Víctor Jara. Imaginen cómo se sintió eso. “Cuéntale a tus hijos que yo sigo aquí, háblales de los que seguimos aquí”.
María José Ayarza, Chini & the Technicians – Música y Artista
Siento que la mayoría de personas del ámbito artístico tienen algún familiar o amigo de la familia, primo de segundo grado, etc. que haya sido detenido, torturado o desaparecido. Son historias familiares donde se deja entrever cuanta crueldad puede tener el ser humano, donde el relato oral persiste, la humillación, los sueños de reencuentro persisten, es tu palabra contra la de otro, porque se ocultó por mucho tiempo lo horrible que era la verdad y cual era la magnitud real del daño.
El 11 para mi en lo personal, implica el lastre que arrastramos como país hasta el día de hoy, ya sea en nuestro modelo educativo, derechos reproductivos, perder nuestras propias materias primas, etc. Es un modo de pensar egoísta que aún no a muerto, donde al parecer las penas y crímenes son negociables y los derechos un bien de consumo o un privilegio de unos pocos. Todos tenemos un poco de esa estructura mental que erradicar de nuestras vidas, porque el individualismo como chilenos nos cala muy hondo. Me molesta que los cabros más jóvenes hagan memes con la imagen de la explosión de la moneda, muy nihilista serás, pero con ciertas cosas no se juega. Por supuesto me da cosa hablar de un periodo histórico que no viví pero prefiero que al menos se siga hablando al respecto y no se vuelva algo anecdótico, porque no lo es.
Diego Ridolfi, Fármacos – Músico
Se puede hablar infinitamente de esta fecha, que difícil abordarla desde un sólo punto. Lo que más duele y me perturba es el poco respeto y cuidado que existe para referirse hacia el crimen más terrible que se ha cometido en Chile. Siento que por sentido común y teniendo algo de ser humano no se puede permitir que personas como Patricia Maldonado, José Antonio Kast y una infinita lista de personajes sigan teniendo un espacio en medios de comunicación donde avalen públicamente una dictadura, no se debería permitir que funcionarios de este gobierno que, claramente, fueron Pinochetistas den declaraciones tan inhumanas. Creo que por ley no se debería permitir que alguien que tuvo algún tipo de relación con la dictadura tenga un cargo público. Hay cosas que para mí deberían estar penadas por la ley y prohibidas, por humanidad, respeto y conciencia.
Puedes pensar y tener la postura que quieras respecto a un tema, pero referirse a favor de todo esto públicamente, ocupar imágenes y rendir honores a una dictadura y a Pinochet es algo que debería estar prohibido hace bastante rato. Estamos en el 2018 y haciendo memoria desde que tengo conciencia nada ha cambiado acerca de cómo abordar un tema tan grave para Chile.
Hay tantas canciones bellas, profundas y cargadas de dolor que se hicieron en todos esos años, pero la primera que se me vino a la cabeza es ‘Vuelvo Para Vivir’, de Illapu. Le están cantando a la alegría y alivio de lo que significa poder volver a vivir en tu propio país sin que los mataran o los torturaran. Hace años, cuando tomé conciencia de lo que decía la letra, me puse a llorar.
Tiare Galaz, Niña Tormenta – Música
El 11 de septiembre es un recordatorio. Hay que recordar que el poder está en manos de personas siniestras y mezquinas, que al ver amenazados sus intereses no dudaron y no dudarán en aplastar cualquier intento de levantamiento popular. Es además y sobretodo un recordatorio del inicio de un sistema político y social que para instalarse desmembró nuestra identidad a punta de violencia y horror. Quienes no crecimos en dictadura, hemos crecido en una transición que parece eterna, hemos crecido acarreando miedo. No hay que olvidar que la dictadura la llevamos dentro, la sufrimos en la desigualdad de este sistema de consumo, individualista, violento, superficial. Lo que nos queda es la resistencia, desde los espacios que tengamos o desde los que seamos capaces de abrir, desde la creación, desde el trabajo colectivo y desde la memoria, siempre.
Rodrigo Herbage, Dolorio & Los Tunantes – Músico
Las cosas malas vienen de a tres
De a 2, 17, 81
Dígitos ingresados a la fuerza
La alegría ya viene
La desesperanza llegó antes
pobrecitx yo
pobrecitx ¿yo?
Desbordado el río que nos contiene
Nada nos puede detener
Ilimitados
Pero si yo soy carne
Soy carne y hueso
Pero sobretodo sangre
¿Ilimitado?
Nunca valiente ni soldado
Nuestro pecho aún lo lleva grabado
Lo sabrán nuestros hijos también
Dadalú, música y compositora
Esta fecha me conmueve mucho, me da mucha nostalgia e impotencia ya que me pongo en el lugar de las personas que perdieron a un ser querido. Me imagino yo perdiendo al amor de mi vida. ¿Que haría? ¿Me quedaría tranquila? Me desgarra ponerme en el lugar de las personas que vivieron el terror. Ahora que ya tengo más años y tengo amigos más chicos pienso en todos esos jóvenes de colegios que fueron torturados, en todas las mujeres que fueron violadas. Encuentro que es terrible que algunas gentes pidan olvido y perdón. Lo encuentro sumamente insensible. Nada justifica lo que vivimos. Nada. Lo mínimo que deberíamos tener y no hemos tenido, es al menos darles sepultura a esos seres queridos de muchos.
Al mismo tiempo tengo recuerdos de esa infancia, donde se sentía la tensión, el miedo. A los apagones de esta fecha y las velatones que me asustaban. Las calles de Departamental con Panamericana solo iluminadas por las velas puestas en hileras sobre las veredas para recordar a los desaparecidos. En esa época aparte de escuchar a Violeta Parra y Víctor Jara mis padres escuchaban mucho el disco de Arak Pacha Por los senderos del indio, disco que para mí es un soundtrack de la tensión y el miedo de haber nacido en los ochenta, donde todavía se torturaba a pesar de que ya habíamos dicho que “no”.