El calvo cantante podría clasificarse como la materialización de todos los chilenos que triunfan en el extranjero, pero que ni por si acaso se acuerdan de acá, como Alejandro Amenábar, Claudio Miranda, Horatio Sanz o el guatón de Lost, salvo por un pequeño gran detalle: Johannes se siente genuino en estas tierras, ya sea por la directa relación con Danny Chilean y Peter Rock o por el afectuoso cariño de sus fanáticos. De esta manera el ex Eleven se presentó en el VTR Stage en calidad de artista nacional, pero con un currículum internacional que fácilmente lo podían tener cerrando un escenario, pero eso es harina de otro costal.
Johannes se presentó con su pandilla que lo ha acompañado desde que volvió al país, los hermanos Cote y Felo Foncea, completando así el power trío que lleva su nombre. La siempre hermosa ‘Endless Eyes’ daba inicio a la presentación con un VTR Stage que reunía tanto a curiosos como fanáticos.
Una atmósfera stoner cubría el acto del trío con ‘Gentle Ghost’ y ‘Kaleidoscope’. Es innegable cómo le sienta bien a Cote Foncea ser el baterista de Johannes, su potencia y técnica lo sitúan sin mayor apuro dentro de los mejores bateros de la última década, resolviendo de manera letal las poderosas ‘Reach Out’ y ‘Hanging Tree’.
El chileno navegaba con delicadeza por las composiciones de Eleven, con la solemnidad propia que evocan esas canciones con la historia del chileno. El aura de añoranza en ‘Making a Cross’ y ‘Welcome’ terminaba por pavimentar el trayecto de Johannes en Lollapalooza, una nueva parada de un camino de altos y bajos en lo personal, pero lleno en afecto por de los fanáticos.