Después de la segunda jornada de Lollapalooza, el día sábado, posteriormente al show que presentó Camila Cabello en el festival, comenzó a circular en redes sociales un comunicado escrito por la comunidad de fans de la ex Fifth Harmony en Chile. En él, relataban hechos de violencia y acoso sufridos en la espera del concierto, provocados por hombres fanáticos de Royal Blood, banda que finalmente se presentó en el escenario Acer, debido a las reprogramaciones que se vivieron el fin de semana.
Un paréntesis, nos parece que tenemos que denunciar lo que vivimos en la previa al show. (No tiene nada que ver con lo increíble que fué el show para nosotras) @lollapaloozacl pic.twitter.com/6gj6sc3eJT
— Camila Cabello Chile (@CCabelloChi) 18 de marzo de 2018
Estefanía tiene 21 años, es estudiante y el día sábado llegó al festival a las cuatro de la tarde. “Fui directo al escenario Acer y quedé adelante. Se informó después que había cambio de programación y comenzaron a llegar los fans la banda Royal Blood, quienes desde un principio fueron agresivos, ya que querían que saliéramos de adelante. Decían que apenas comenzara el show nos sacarían de ahí, tratándonos de niñas pequeñas, que mejor nos fuéramos a otra parte”, explica.
“Al inicio del show de Royal es donde todo lo malo comenzó. Recibí golpes, empujones, me pisaron, me movían de un lado a otro. Eran tipos súper agresivos, sin ningún respeto hacia nosotras, nos tiraron alcohol y agua. Se desmayaron muchas chicas y para ellos eso era una entretención. A algunas de mis amigas las manosearon. Hubo abuso y violencia hacia nosotras de parte de esos fans y la seguridad no hacía nada”.
Por otra parte, Estefanía afirma que aquellos que las violentaron, se quedaron después del concierto de Royal Blood “para seguir molestándonos”. Información que se repite en los testimonios de otras jóvenes. “Hoy (domingo) amanecí súper mal, no pude ir a mi tercer día de Lolla. Tengo mis brazos con moretones, no puedo respirar bien por el dolor de mis costillas al ser aplastadas. Había chicas más pequeñas de 12 o 13 años que la pasaron muy mal. Traté de ayudar a varias”, asegura.
“En este momento no me siento segura. No iría de nuevo a un evento así, quede súper mal. Esa mezcla de público nunca debió existir, ahí se alteró todo. No tuvieron respeto por nosotras, nos molestaban, nos insultaron”.
Aprovecha de decir que mi prima de 12 en su primer consierto se deshidrato la empujaron vio niñas llorar y desmayar por los simios fan de esa banda y a la mala organización
— Sofí (@Sofikubetter) 19 de marzo de 2018
Valeria Agurto tiene 16 años y este es el segundo concierto al que asiste en su vida, en primero fue Fifth Harmony. Esta vez, fue acompañada por su hermana Catalina, cinco años mayor. Valeria recibió un golpe en la cabeza con una botella. “El tipo que me tiró la botella ya había insultado y agredido a algunas niñas, yo solo quise ayudar a una que estaba al lado mío, que conocí en el recinto, ella estaba ahogada y lo único que quería era salir. Yo lo único que grité fue que por favor se calmara y dejara de empujar, a lo cual él reacciono y me tiró la botella. Por suerte no me hirió de gravedad, solo quede resentida de mi ojo”.
Su hermana Catalina de 21 años, “recibió insultos, escupos y empujones por parte de los fans de Royal Blood por intentar llegar a mi lado y tratar de ayudarme a hacer espacio y poder respirar”, recuerda.
“No tengo registros del momento porque no había ni siquiera espacio para sacar nuestros celulares. Si revisas algunos tweets hay gente que vio el botellazo que me llegó. Incluso hay un guardia, sé que su nombre era Miguel Ángel, él intentó ayudarnos junto a otra guardia, pero lamentablemente no podían hacer nada”.
Desde Royal Blood todo lo que sentí era como empujaban, tiraban botellas, agua, todos pisandose, enterrando codos y lo que sea que pudieran para llegar adelante, no se podía ni respirar, hasta ahora me duele todo el cuerpo y eso no es nada a comparación de como acabaron otrxs:/
— ♕Sєвα VI A CAMILA (@camilatumare) 19 de marzo de 2018
Tanto Valeria como otras jóvenes afectadas creen que el problema, en lo práctico, fue la reprogramación de bandas. “La verdad, antes de que Lollapalooza hiciera el cambio de escenario todo estaba bien, cada uno tenía su espacio y te respetaban. Nos sentíamos seguras, hasta que llegaron los fanáticos de Royal Blood. Ahí fue el punto donde mujeres, niñas y chicos fanáticos de Camila ya no se sentían seguros”.
“Si bien tenemos la desventaja de no tener fuerza para soportar los empujones y codazos, cualquiera se ve vulnerable en esta situación de unos fanáticos agresivos y sin importar quien esté a tu lado. A tal punto de que hombres nos insultaron, escupieron, toquetearon a niñas y se reían de eso. Yo con mi hermana teníamos miedo de que las cosas se salieron de control más de lo que ya estaba, no podíamos hacer nada protegernos. Los insultos provenían de que supuestamente no sabíamos lo que era una música “de verdad”, ellos no respetaban nuestro gusto. Se debería poder convivir y disfrutar de distintos estilos de música pero la verdad, eso no se vio reflejado”, declara.
A Valeria y Catalina los guardias tuvieron que sacarlas de la masa, a pesar de haber llegado al mediodía para esperar a su artista favorita. Catalina explica que “al momento en que nos sacaron por arriba de otros fans, mi hermana menor lloraba en los brazos de una guardia que la recibió al bajar, por la impotencia de no poder cumplir su sueño de ver a Camila de cerca. Si bien escuchamos a Camila, no pudimos ver nada. A un día de esto, mi hermana sigue con mucha tristeza y esto no lo digo para que digan ‘pucha, pobrecita’, sino para que se tome conciencia de lo que un pequeño cambio en la programación, mezclando fans de distinto tipo, puede resultar horrible para algunos. No solo yo y mi hermana tuvimos que salir por la desesperación, a más de cinco fans nosotras ayudamos a sacar de ahí por lo mismo”.
Yo soy de venezuela, mido 1.55 y tuve que sacar a dos niñas desmayadas por encima de mi y no podía con ellas, los guardias no hacían nada teníamos que lanzarlas para pudieran salir porque además de todo tenían los tapa oídos y no escuchaban absolutamente nada.
— VI A CAMILA 17/03/18 (@camilacools) 19 de marzo de 2018
Mientras esperaba a Camila, antes del show de Royal Blood nos llegaron a mi y a unas niñas trozos de pan duro en la cabeza; nos dolió mucho el golpe, además de los constantes empujones, pisadas, tiradas de pelo y golpes en las costillas +
— Pía | BarcedesLover (@camzrainbows) 19 de marzo de 2018
Gonzalo Rodríguez de Recital.cl, fue consultado por POTQ Magazine en la mañana del lunes, ya que estuvo presente en el lugar y confirmó información. Nos contó que “140 atenciones hubo en el box durante el día, solo considerando aquel ubicado en escenario Acer”. Uno de los paramédicos le explicó que en su mayoría se trataban de casos de deshidratación, desvanecimientos, pero ninguna lesión grave que requiriera traslado en ambulancia.
Valentina tiene 21 años y llegó al mediodía al escenario Acer, para poder estar en primera fila durante los shows de Zara Larsson y Camila Cabello. Fue abusada sexualmente durante el concierto de Royal Blood. “Durante los primeros treinta minutos la verdad es que la pasé bastante bien, todo el tiempo estuvo una niña atrás de mí. Hasta que en los últimos quince minutos de concierto me doy cuenta que había un hombre atrás. Era muy alto y grande. Tenía tatuajes, lo miré de reojo porque no me atreví a enfrentarlo”, relata.
“Sentí todo el rato que su cuerpo rozaba el mío con fuerza. Me dolía, me sentía incómoda. Empecé a sentir su pene en mi espalda, obviamente erecto, lo sentí todo el rato y después su mano haciendo un movimiento extraño. Me dije ‘no creo que sea tan asqueroso’, ‘hay mucha gente, me estoy pasando rollos’. Hasta que en un momento siento algo mojado en mi espalda y ahí fue cuando me paralicé y lo único que quería era llorar, irme y dejar todo tirado. No disfruté nada los recitales. No le conté a mis amigas, sólo les dije que estaba muy cerca y que me dio rabia no decirle nada. Mi papá me fue a buscar con mi pololo en el auto y discutí con los dos porque tuve que caminar sola con mis amigas, muchas cuadras. Me dio rabia con ellos, como hombres, que no tuvieran consideración conmigo, pero yo tampoco les conté nada”.
“Ese día llegué a mi casa, me sentía horrible. No quería que me preguntaran nada y entre a mi pieza y ahí no paré de llorar como por cuatro horas, un llanto desesperado y lleno de rabia. Rabia conmigo, rabia con mi papá, con mi pololo y sobre todo rabia con este ser asqueroso, le deseé lo peor y de hecho todavía lo hago”, explica.
Tania tiene quince años y también tenía muchas ganas de ver a Camila Cabello. Es por eso que llegó al festival muy temprano, para tomar una buena posición para el concierto. “Tocaron tres artistas en el Acer y estábamos todos de lo más bien. Pasó lo del cambio de horarios y escenarios, entonces empezaron a llegar los fans de Royal Blood y enseguida nos empezaron a empujar, para intentar llegar adelante a toda costa. Les dijimos que por favor dejaran de empujar que no sacaban nada con hacerlo, y uno de los fans nos respondió y nos dijo “no se preocupen, que cuando empiece a tocar Royal Blood las vamos a empujar el triple” y así fue”, recuerda.
“Tengo moretones, uno abajo del pecho, porque literal me faltaba el aire y era desesperante para todas, incluso las que estábamos adelante, contábamos los minutos para que todo terminase lo más rápido, fue horrible. Había una niña atrás mío, y había un tipo atrás de ella que la estaba literalmente acosando, y la empujaba muy fuerte y yo sentía también eso porque ella estaba atrás mío. Incluso nos insultaban y nos gritaban cosas, tiraban hasta botellas, a la niña que estaba a mi lado una le cayó encima. Le pedíamos ayuda a los guardias para que por favor dijesen algo por micrófono para que se calmasen un poco, pero no hacían nada, sólo decir que si la cosa ‘empeoraba’ harían algo. Y después las niñas desmayándose, que las tenían que sacar, era todo muy horrible”.
“Una niña me dijo ‘los conciertos en primera fila son así’ y, sinceramente, pienso que no; con los únicos que pasó eso fue con Royal Blood, ni con Camila ni con Zara la cosa fue violenta. Me siento muy insegura, por temor a que me acosen lo que es horriblemente asqueroso, o que ellos sean demasiado violentos. Había un tipo atrás que nos tocó a mí y a la niña que estaba a mi lado. Se acercaba cada vez más a nosotras, estaba fumando y se notaba que estaba drogado, y como que nos tocaba de la espalda para abajo, nos apretaba y en un momento se apegó tanto que con los de alrededor lo tuvimos que empujar para sacarlo”.
Yo! Atras mio había un hombre muy grande que me presionó todo el tiempo contra la reja y me daba codazos en la cabeza. No le importo que yo fuera la mitad de su tamaño el no paro de saltar y a cada salto era un empujón muy fuerte en las costillas contra la reja
— Fernanda Guachalla (@Fer_Guachalla1) 19 de marzo de 2018
Catalina tiene 22 años y vio mucha violencia hacia niñas menores de edad que estaban cerca de ella. “Habían muchas guardias mujeres, yo creo que porque ese escenario era muy pop y habían muchas niñas y nos dijeron “pucha, si se pone peor, decimos algo por parlantes que se calme la cosa””, relata. Nosotras les gritábamos que por favor hicieran algo, porque habían niñas a las que estaban golpeando, que estaban desmayándose, que las estaban tocando. No había oxígeno porque eran todos unos tremendos pescados”.
Desde Lotus, productora organizadora de Lollapalooza Chile, nos comunicaron que “una vez confirmada la reprogramación y cambio de escenario, se reforzó la seguridad con siete guardias (hombres), en el intertanto de esto, se produjo la llegada de los fans de Royal Blood. Se tomaron las medidas necesarias para controlar la situación. Y respecto al comportamiento de los fans de Royal Blood, la producción indicó a POTQ Magazine: “reprobamos conductas que afecten la integridad y seguridad de las personas. Estas acciones contravienen una de las premisas fundamentales del festival. Promover una sociedad abierta, multicultural, resaltando valores como la sustentabilidad, la inclusión y la familia, donde predomine el respeto y la seguridad de todos”.
Me acuerdo perfectamente cuando una de las niñas que también estaba en primera fila conmigo quiso ir al baño y todas nos pusimos de acuerdo para que fuera y respetaramos los puestos, pero cuando volvió los fans de rb no la dejaban pasar, la insultaron y le tiraron botellas(+)
— tåma (@iopscamila) 19 de marzo de 2018
“Cuando empezó el show de Royal Blood y se descontroló todo, no hubo criterio, habían niñas chicas de estatura y de edad. Me puse atrás de mi amiga para intentar protegerla, me pisaron, me pegaron muchos codazos, nos empujaban. Me tocaron el poto, las pechugas. Un tipo me tiró el pelo, no accidental, no como si me hubiese pasado a llevar. Me agarró el pelo y me lo tiró para arriba. Otro me pegó un combo en la boca, yo tengo ortodoncia, entonces por dentro, tengo la boca rota en este minuto, por suerte no pasó a mayores en ese sentido. Llegó un momento en que lo único que podía hacer era intentar tirar codazos para atrás, para que me dejaran de tocar. Y habían niñas chicas a las que estos tipos tocaban y entre ellos se felicitaban. Había un tipo abrazando a una niña chica, primero pensábamos que era su pololo, pero no”, relata Catalina.
También vi a una niña (no se si tiene tw) que un tipo de repente la abrazo de la cintura, yo pense que era su amigo/pololo pero después de un rato la niña lo miro muy feo y nose que le grito y con ayuda de otras niñas a empujones lo sacamos
— Ema (@emii1605) 19 de marzo de 2018
“Cuando terminó el concierto asumimos que se iban a ir, pero nos empezaron a decir ‘ustedes no nos dejaron estar adelante, así que nos vamos a quedar’. Quedamos rodeadas por ellos y empezaron a pegarnos combos y patadas”.
Coni tiene veinte años y el sábado llegó con su grupo de amigas, a la una de la tarde, al escenario Acer, para asegurar un puesto adelante. “Como a las tres, Zara Larsson a través de su Twitter informa que hay un cambio en el horario de su presentación, quienes estábamos ahí buscamos respuestas sobre esta información, a los guardias, gente del staff de Lollapalooza y también a través de sus redes sociales y no fue hasta un poco más de dos horas después que se nos informó de las modificaciones de los horarios”.
“Se nos dice que en tres horas más de presentará una banda de rock. De a poco empezaron a llegar los fans de Royal Blood, hasta que quedaron tres filas adelante de chicas en su mayoría no mayores de 21 años y atrás una masa gigante de rockeros. La espera hasta que salió la banda estuvo relativamente tranquila, con una que otra “broma” que tiraban como “cuando empiecen van a cagar”, “ahora van a saber qué es un concierto”, “van a tener que afirmarse”. Mientras menos tiempo quedaba para que se presentaran, el espacio que teníamos era menor.
“Cuando empezó el show empezaron a empujar para todos lados, en lo personal, intenté soportar gran parte del peso que estaban haciendo para que la niña que estaba delante de mí no fuera aplastada en la reja. Se podían escuchar a chicas que reclamaban que estaban siendo acosadas por algunos de los asistentes. Cuando terminó el show, muchas chicas fueron sacadas porque empezaron a colapsar, chicas de no más de 18 años casi desmayadas, con crisis de pánico. Todos pensamos que al finalizar el show ellos se irían, pero en su mayoría no fue así y se quedaron ahí solo ejerciendo presión hacia adelante, con el afán de molestar. Nunca se pudo volver a la tranquilidad que existió en un comienzo, porque también algunas chicas ante lo que estaba pasando se empezaron a desesperar. La gente de seguridad nunca se hizo cargo de lo que estaba pasando, ni siquiera en estos tiempos muertos, mientras venía el otro artista, solo después de llamarlos infinitas veces, aparecían a sacar a las chicas que se sentían mal”.
Ignacia, como muchas, también llegó muy temprano para ver a su artista pop favorita.” Atrasaron todo, se suponía que Camila salía a las 22:00 y terminó saliendo casi a las 23:00. El tema es que como todas queríamos estar lo más adelante posible, nos fuimos a instalar en el Acer stage mucho antes. Entonces cuando llegó el turno de esta banda, los fans de ellos querían estar en primera fila (entendible ya que todos queremos eso) pero la cosa se descontroló, comenzaron a saltar y a aplastar. Yo con mi grupo de amigas decidimos salirnos porque estaba todo muy descontrolado y volvimos un poco antes de que terminaran su show. Apenas se despidieron corrimos a ponernos en el lugar y quedamos relativamente adelante, pero no contamos con que los tipos se iban a quedar y sólo para “vengarse”, por así decirlo.
Por mí parte vi a Zara Larsson “bien”, obviamente recibí empujones y estaba horriblemente apretada pero encontré que estuvo normal hasta ahí el ambiente. Cuando venía Camila fue otra cosa, los tipos se pusieron agresivos, comenzaron a empujar sólo por diversión. Recibí empujones, golpes, burlas, etc. Cuando intenté salir era súper poca gente la que me ayudó, porque los otros no hacían nada más que reírse e impedirme el paso, aún viendo que me estaba ahogando y que, como muchas otras, me estaba descompensando. Fue horrible. Terminé viendo a Camila al final, desde muy lejos y me dejaron tan pa’ la cagá que ni siquiera sentía el cuerpo, así que me tuve que ir a sentar más atrás al pasto. Todas las horas que estuvimos ahí para nada… creo que fue una de las peores experiencias en mi vida y me sorprendió el poco interés por la seguridad por parte del staff del Lolla.
“Sí ayudaron pero tuvimos que casi rogar, lo mismo pasó con el agua para las niñas que se estaban desmayando y también les dijeron que intentaran controlar con algún aviso o algo y nada. Creo que no debieron mezclar a un público de ese género con uno en el que hay muchas niñas chicas, fue pésima la organización. En cuanto a lo otro no me siento cien por ciento segura, ayer fue una pequeña muestra de lo que yo creo pasa y muchas veces”.
Camila también estuvo ahí y además de recibir y presenciar golpes, tuvo una crisis de pánico y fue insultada. “Al empezar el concierto de Royal Blood los que estaban por ellos empezaron a gritar cosas como “pendejas que vienen a ver a Camila Cabello, si faltan como cinco horas todavía”, “no saben nada que cuando empiece esto vamos a saltar diez veces más fuerte y van a morir” y cosas insultantes hacia Camila y hacia las camilizers”.
Tipos gritando “Pendejas culiás, escuchen música de verdad” mientras empujaban a nuestro lado (estábamos casi todas en el lado izquierdo del Acer Stage), muchos golpes, tirones de pelo, insultos, gritos, nos empujaron más cuando Camila salió al escenario(+)
— Pía | BarcedesLover (@camzrainbows) 19 de marzo de 2018
“Ya cuando terminó y empezó Zara Larsson, la gente empezó a empujar con mucha fuerza, yo mido 1,55, y estaba alrededor de puros tipos que medían mínimo 1,70. Me faltaba el aire porque lo único que hacían era empujar, con los codos sobre todo, y no tenía nada de espacio. Cuando terminó Zara y empezó Camila fue mucho peor, el doble de fuerte los empujones, ya se sentía mucho más la presión del aire y levantaban mucho polvo”.
“Me dio una crisis de pánico antes del show de Camila, me puse a llorar y como dije, me faltaba el aire, fue cinco minutos antes de que partiera, al final logré quedar al lado de gente que me intentó calmar para que no me desmayara, porque realmente si me iba de ahí me iba a perder a Camila y no quería, me tiraban aire pero se me habían quedado dormidas las manos y no podía para de llorar”.
Además, cree que evidentemente hubo machismo en la actitud de los fans de Royal Blood. “Sentían esta superioridad, porque son más grandes (en tamaño) que nosotras y fue totalmente fuera de tono”, asegura.
“Al final todo esto siento que es la mala organización del evento y la pésima seguridad que había, el poner a Royal Blood en ese escenario donde habían dos artistas de pop después fue muy mala decisión. La gente que estuvo ahí fue la responsable de los muchos desmayos y demás de varias niñas. Ví cómo sacaron a tres o cuatro, pero en un momento empezaron a pedir ayuda y nada pasó, no vinieron a vernos y no tomaron en cuenta nada más”.