Café con Cables en una de esas instancias que quisiéramos que fuesen aún más conocidas de lo que son por estos días. El evento fue creado por Pablo Guerra y Jonathan Jara, quienes con sus proyectos PolWor y Jotacapsula respectivamente, crearon un espacio de difusión para aquellos músicos que se atreven a innovar en el área de la electrónica experimental.
En esta ocasión, fue Jonathan Jara quien nos contó la génesis de esta instancia artística, además de los planes que tienen para el futuro de esta microferia/festival musical.
— ¿Cómo nació el proyecto? ¿Quiénes fueron sus impulsores?
Nació como necesidad de un espacio de muestra estilo feria/tocata, a disposición de artistas sonoros y visuales. Como no teníamos un espacio físico donde realizar este evento, se nos dio la oportunidad de hacer la muestra e invitar a artistas dentro de una cafetería. De esa forma nace Café Con Cables v1. La idea nació gracias a la asociación de Pablo Guerra (Polwor) y Jonathan Jara (Jotacapsula). Mika Martini nos apañó desde el principio en las muestras sonoras, y la tienda Ondes Sintetizadores, también siempre desde el principio como expositor. Samuel Carvajal (tiburonconmetralleta) nos apoyó con el flyer, y también Christian Oyarzun, que de forma indirecta nos inspiró para darnos cuenta de que si se pueden hacer cosas. Y así partimos, mucha gente con ganas de tocar, exponer y participar.
—¿Por qué hacer algo como esto? ¿Cuál fue la necesidad que viste para llevar a cabo la idea en general?
No existía una constancia de muestra permanente, así como lo son las ferias de ilustración o diseño. Algunos quieren experimentar, otros dar a conocer otros formatos, mostrar algún experimento que estén gestando, motivar a quienes tienen un muy buen trabajo, pero no han podido exponerlo. Es genial poder combinar distintos actores, principiantes y experimentados, en el tema.
—¿Cómo sientes que ha evolucionado el espacio desde la primera versión hasta ahora?
Partimos en un espacio reducido, en una cafetería en Salvador, tocando sobre una vitrina con pasteles y queques. Empezamos convocando a amigos que quisieran tocar en esta propuesta extraña. Después, al instalarnos como Taller Casa Ruido, teletransportamos el Café Con Cables donde se puede disfrutar del noise y de la electrónica de autor, en un lugar con gran valor patrimonial, como lo es la Casa de los Diez.
—¿Qué beneficios y costos ha tenido en tu vida diaria?
Beneficios siempre. Te permite tener una plataforma, entrar a un mundillo del cual solo éramos espectadores de las cosas que se hacían y usar la plataforma como oportunidad para mostrar lo que estamos haciendo entre todos. Costos, bueno, movemos los equipos, cables, gráficas, difusión, registro y hacemos la gestión entre todos, lo que demanda tiempo y energía.
—¿Cómo ves el panorama de la electrónica chilena hoy en día?
Creo que se encuentra en una etapa de crecimiento y floración, donde están apareciendo nuevos actores y se están combinando con los antiguos. En la época del hazlo tú mismo, están brotando nuevos trabajos de autor que, a su vez, generan un sonido propio y local. Después de todo, crear es lo que nos libera.
—¿Sientes que existen pocos espacios para llevar a cabo iniciativas como ésta?
Si partes con todo completamente de cero (cero peso, cero conocidos) y quieres armar una tocata, se hace un poco difícil que confíen y que presten un lugar, incluso si quieres tocar o intervenir en la calle, hay que elegir bien el lugar. Obviamente faltan. Tal vez no tiene que ver, pero también falta cobertura a lo que se está haciendo en medios digitales. Es fácil reportear lo que ya es conocido, o lo que está más a la mano, o es más rentable.
—De la mano con lo anterior, ¿cómo ves la gestión de los grandes actores (SCD, IMI Chile, etc.) en relación a este ámbito?
No sé, nuestro movimiento está más ligado al underground, que a lo comercial.
—¿En qué momento entraron los netlabels a esta iniciativa?
Partimos como una instancia neutra, bajo ningún sello y solo con la intención de ser un espacio. Los artistas que son parte de los netlabels han estado participando y apoyando desde el inicio. Ahí nació una amistad y buena onda que, poco a poco, involucró proyectos y colaboración, más allá de encasillarse en los netlabels.
—¿Cómo se ha desarrollado la relación con esos sellos?
Con Pueblo Nuevo armamos una sesión especial con artistas del netlabel. Esperamos poder tener más ediciones especiales con sellos como Orion Records, Modismo, Posternura Records, No Problema Tapes, 001, Yeyore, Productora Mutante, o Barbatruco, por nombrar algunos.
—¿Cuáles son los planes a futuro para Café con Cables?
Esperamos contar con equipos propios, ya que siempre se logra con ayuda externa. Seguir colaborando con artistas emergentes del under y nuevas apuestas de la electrónica (experimentación, innovación, performance), y establecernos en la conciencia colectiva con la idea de que estamos trabajando. También queremos experimentar nuevos formatos y sesiones.