Las canciones que las bandas ponen como música ambiente antes de salir al escenario siempre son significativas. Que Tegan and Sara eligieran la reversión ‘I’m So Excited’ de Le Tigre (original de las The Pointer Sisters), no es una excepción. Contemporáneas discográficamente, es probable que el deseo oculto de las gemelas Quin fuera el de conseguir algo que el grupo de Kathleen Hanna consiguió casi sin proponérselo: ser vistas como un acto críticamente relevante y, a la vez, conseguir éxitos radiales. Ahora mismo, se puede afirmar sin mucho riesgo, es el momento en que más cerca están de aquello.
Su carrera es larga (publicaron a finales de los noventa por primera vez, casi hace 20 años), pero en ningún momento dan la sensación de funcionariado del pop, de entrar en el circuito de la nostalgia (como se siente al ver a Blur, Pixies o, en este mismo Lollapalooza, a The Strokes), sino con la ambición intacta. Probablemente, ese mismo apetito por avanzar es lo que les llevó a insistir hasta dar con la tecla adecuada, que se produjo nada menos que con su quinto disco The Con (2007), un momento en el que muchos proyectos musicales ya tirarían la toalla. Pero estas hermanas canadienses parecían tenerlo más claro y que su momento llegaría.
Como también llegó el momento de su debut en Chile en el escenario Acer, un bonito marco entre los árboles perjudicado por el horario, el calor y la luz del día para una música tan festiva. Quizá eso restó algo de poder de convocatoria para un número, a priori, mucho más atractivo de lo que se vio analizando la cantidad de asistentes. Pero eso no fue problema para un rato de diversión, sin dejar de lado la reivindicación.
El show contó con una primera parte muy centrada en su anterior trabajo, el más exitoso de su carrera, Heartthrob, sonando ‘I Couldn’t Be Your Friend’, ‘How Can You Don’t Want Me’ y’ Goodbye, Goodbye’. No apareció un tema de su último álbum hasta bien mediado el concierto, cuando sonó el single ‘Stop Desire’. Hay que agradecerles que fueran conscientes de esa primera visita -tal como Tegan recalcó- al comentar que repasarían canciones más antiguas por ser su debut en tierras locales. No es tan habitual esa generosidad teniendo aún un disco reciente, que pudieron explotar mucho más. Esa cercanía se notaba en un público, sobre todo en las primeras filas, realmente entregado y participante.
A pesar de ello, al concierto le costó entrar un poco en calor (irónico, ya que muchos rogábamos por encontrar un centímetro de sombra), y esto llegó cuando comenzaron a soltar éxitos más masivos como ‘Alligator’.
Que Tegan and Sara tienen un público compuesto por mujeres jóvenes, mayoritariamente, es una obviedad comprobable con solo mirar alrededor en cualquier show. Una audiencia muy entregada. Desde las primeras filas, fans les entregaron unas cabezas de gato gigantes con las que el dúo bromeó. ¿Quizá hubiera sido emocionante hacer subir a sus seguidores tras tanto trabajo?
Quizá ellas no tengan la calidad de Chvrches, o la sutileza de los recientemente desaparecidos Chairlift, por poner ejemplos con los que se les puede relacionar, pero su propuesta no es nada desdeñable. ‘Nineteen’, de su disco anterior -que definieron como la canción más triste de la cita- dio paso a la fiesta final, esta sí, generosa en ritmo (¿fui la única que echó de menos ‘Everything is Awesome’ en el setlist?, esa divertida canción que hicieron para la película de Lego), terminando con dos temas importantes: ‘Boyfriend,’ primer single de su último disco, y ‘Closer’, la canción que, definitivamente, cambió su carrera y las convirtió en ese gran nombre a nivel internacional. Para bien.