Este jueves 26 de enero se realizará la fiesta de presentación de 1000 Cometas, un subsello de Sudamerican Records (Paracaidistas, Diego Peralta, Medio Hermano) orientado al pop independiente (en todas sus vertientes), y con la idea de trabajar como una plataforma para músicos jóvenes, para tratar de crecer con ellos en el tiempo.
Bajo este concepto es que el proyecto está trabajando junto a Armisticio y Poder Fantasma. Ambas bandas se estarán presentando en Bar Loreto junto a un invitado especial, Pumuky, agrupación indie pop de Tenerife que por estos días se encuentra en Latinoamérica. Antes de su venida, conversamos con Jaír Ramírez, uno de los líderes del grupo, que comenzó su camino allá por el 2003.
–Hola Jaír, la gira que han montado va a pasar por Perú y Chile, pero esta no es la primera vez que se acercan al continente, ya estuvieron en México. ¿Qué esperan de esta llegada al verano?
–La verdad es que tratamos de nunca tener muchas pretensiones cuando visitamos un lugar nuevo, porque realmente no sabes muy bien qué esperar. Uno hoy día a través de las redes sociales se puede hacer una idea de una serie de personas que pueden seguir tu música, pero en realidad, queda todo en el misterio del ciberespacio. Hasta que no llegas al lugar y ves qué hay de verdad, pues, siempre es un poco sorpresa ver qué nos puede deparar en este caso, esta gira. Cuando estuvimos en México hace algunos años nos llevamos una grata sorpresa. Vivimos una experiencia realmente sobrecogedora, porque no nos esperábamos la reacción que hubo con los conciertos. Sobre Perú y Chile aún no sé qué pueda ocurrir, pero estoy emocionado con la posibilidad de visitar países que hace mucho tiempo me apetecía poder conocer.
–Cuando anunciamos en POTQ Magazine esta fecha, nos escribió por Twitter Alejandro Pino de Jirafa Ardiendo, mencionando que Pumuky tiene en su historia integrantes de aquella banda, Vicente Rosati y Arturo Rodríguez. Acá hay pocas personas que lo saben, es curioso.
–Ja, ja, ja, sí, si quieres te cuento un poco la historia, porque es bastante curiosa. Pues, mira, no sé si conoces a un primo de Vicente que se llama Tomás García. Ambos había formado parte de una serie de grupos en Chile y entre el 2006 y 2008 se fueron a España a estudiar música. Nosotros los conocimos en Barcelona, porque durante un tiempo Pumuky -el nucleo duro que somos mi hermano Noé y yo- siempre hemos estado es las Islas Canarias, pero durante un tiempo, por temas logísticos, el resto de la banda residía en la península. Y por el 2008 yo estaba en Barcelona buscando compañeros de banda y ahí los conocí, a Tomás y a Vicente. Y durante varios años fueron nuestros compañeros. De hecho, luego también con el tiempo entró un tercer chileno, Arturo Rodríguez. Es curiosa la conexión que tenemos con Chile, por estas tres personas que han formado parte de la banda en esto últimos años.
Para Jaír, el sello de estos compañeros chilenos quedó más manifiesto en El Bosque En Llamas (Jabalina, 2009) y Plus Ultra (Jabalina, 2011). “Luego, por diferentes circunstancias se fueron marchando de España y bueno, nosotros tuvimos que seguir con la aventura musical que es algo que también siempre ha acompañado a Pumuky. Las Islas Canarias están muy lejos de todo… para que te hagas una idea, para llegar a Barcelona, tenemos que estar cuatro horas en un avión, o sea, estamos lejos realmente. Y bueno, estar en un sitio lejano y pequeño, siempre nos ha dificultado mantener bandas estables, porque los jóvenes de las islas, muchas veces, se ven obligados a marcharse, ya sea por temas de estudio o trabajo, entonces, es muy difícil crear grupos en los que las personas puedan estar mucho tiempo juntas. Es por eso que durante todos estos años en los que la banda ha permanecido activa, pues casi que hemos sufrido un cambio de formación por disco, me atrevería a decir y eso en parte también afecta un poco a, no sé si llamarlo filosofía de la banda, el hecho de que nunca tengamos nada seguro y siempre estemos en tierra de nadie. Es una banda que siempre ha estado al filo de la desaparición constante”, explica.
–Y bueno, eso también se ve en la música. Hay ciertos detalles que aparecen en un disco y luego desaparecen. Y así por toda la discografía.
–Sí, por supuesto, eso no es sólo por la propia evolución de la banda y los componentes, sino también por las personas que van entrando y saliendo, cada uno aporta su vida y sus experiencias, su forma de hacer las cosas. En ese sentido, somos una banda mutante, la verdad.
–Hacer este trabajo desde la isla ¿crees que tiene otras características?
–Sí, claro, quizás cada vez menos, porque el internet provoca la sensación de que existe menos distancia entre los sitios, que está todo conectado, yo puedo estar hablando contigo ahora aunque estés a miles de kilómetros, pero no siempre ha sido así. Y recuerdo que durante muchísimos años, en el comienzo de la banda, uno estando en Canarias sí notaba estar desconectado de todo. Era muy difícil que tu música pudiera llegar a cualquier lugar, yo qué sé, estando en Madrid o Barcelona, uno puede aprovecharse de ciertas sinergias o uno puede conocer gente o entrar en escenas, una serie de posibilidades que una isla no permite. El hecho de estar tan aislado nos ayuda también a estar metidos en nuestro propio mundo, permite que al final desarrolles ideas o formas de hacer las cosas que son bastante personales. Con esto no quiero decir que sean mejores o peores, porque pueden ser formas desacertadas, pero sí que tienen un sello personal, porque te llegan menos influencias del exterior, no sé si me explico o me estoy enrollando demasiado.
–Se entiende perfectamente.
–Es todo un poco más ensimismado. Hay menos referencias, por ejemplo, no sé, hoy todos estamos un poco bombardeados por el hit o la tendencia sin importar dónde vivamos y eso a algunas bandas, percibes que sí las afecta porque su sonido va variando en esa dirección ¿no? Dependiendo de por dónde el sonido vaya, pero a veces, en algunos lugares periféricos esa sensación es muchísimo más relativa, aunque tengamos internet, sigue no siendo lo mismo vivir en Tenerife o en Madrid. No tiene nada que ver.
–¿Conoces a las bandas que vas a compartir en Latinoamérica?
–A Armisticio y Poder Fantasma no las conocía, he visto que son bastante jovencitas, no había tenido el gusto de conocerlas pero desde que Daniel (persona a cargo de 1000 Cometas) me dijo que tocaríamos con ellos, me fui a Spotify a escucharlos y la verdad es que he flipado bastante porque me han encantado ambos, sobre todo el disco de Armisticio, me ha parecido una locura de bonito. Es de lo mejor que he escuchado en estos últimos meses, sinceramente. Tengo muchísimas ganas de tocar con ellos y de verlos en directo. En parte es lo bueno de salir a tocar fuera, que te obligas a conocer bandas y a estar un poco más al tanto de escenas que están haciendo cosas súper interesantes en otras ciudades del mundo. Y aunque sí que es verdad que me llegan bandas de Chile constantemente, suelo estar pendiente, y también de Perú, te llegan bandas que van despuntando un poco ¿no? pero esas bandas que están comenzando, que tienes que estar en la ciudad para poder descubrirlas, es difícil dar con ellas a menos que alguien te dé una referencia o alguien te ponga un poco en la pista. El hecho de poder tocar en esta fiesta de 1000 Cometas o en este festival de Perú, nos ha permitido conocer a muchas bandas que nos están encantando.
–Bajo esa lógica ¿qué hay en Canarias que no podamos descubrir desde Chile con tanta facilidad?
–Acá hay muchas bandas y de sonidos muy dispares, quizás mi favorita de Canarias es Gaf y la Estrella de la Muerte. Es una banda media sicodélica, son amigos nuestros y hemos girado juntos en varias ocasiones. También estamos metidos en proyectos en conjunto como el festival Keroxen, que es un festival experimental muy chulo que se hace aquí en Tenerife y la verdad que es una manda a recomendar.
–Y otra banda jovencita, Los Vinagres, también es muy chula, es más garagera, están súper guay y tienen toda esa temática canaria que a veces puede sonar media exótica o desde afuera no se entiende, pero acá lo vemos como algo muy propio. Habla de temas de acá, con este acento tan particular. Se nota un montón que son de acá.
–Bueno, desde Latinoamérica Canarias resulta mucho más latino que España.
–Claro, por la migración de los canarios de Venezuela a Cuba. Poco a poco, esos canarios que emigraron, regresaron con familias incluso y tiempo después también recibimos migración de todo Latinoamérica, entonces para nosotros era muy normal estar en el colegio con niños de diferentes países latinoamericanos. Para nosotros, Latinoamérica está más cerca que Europa. En realidad, el tema de la identidad es un poco confuso, prácticamente no nos sentimos de ningún sitio, porque si fuera por cercanía, nos tendríamos que sentir africanos, África está a un tiro de piedra, al lado, pero como la isla es un cruce de culturas, nos sentimos un poco de todos lados. Es una identidad bastante rica, medio latinos, medio europeos y medio africanos.