Podrán imaginar el estado en el que algunos nos encontrábamos el día sábado, tercera jornada, del Primavera Sound. Los platos fuertes del día eran indiscutiblemente, Brian Wilson presentando Pet Sounds y PJ Harvey.
Brian Wilson es quizás el mejor ejemplo actual de la música popular -ya no está Bowie- de cómo se envejece sin hacerse una caricatura de sí mismo ni de tu arte. Estar frente a frente con una de las obras más importantes de la historia de la música popular del siglo XX resultaba abrumador en algunos momentos y emocionante en otros.
Wilson, sentado en su piano y acompañado de diez músicos recorrió Pet Sounds de principio a fin y luego, otras canciones de Beach Boys, además de ‘Monster Mash’, original de Bobby Pickett & The Crypt Kickers. La impresión de que el tiempo desgastó su amplio registro vocal fue patente, pero en ningún momento convirtió el show en una resucitación indigna. Por el contrario, aquellos pasajes que su voz no lograba encontrar eran protagonizados por Matt Jardine e iniciados una y otra vez por miradas cómplices entre ambos músicos. No molestaba, aquella movida orquestada resultaba natural.
Otro de los principales encantos del show, además de el setlist y la calidad de cada uno de los músicos, era el propio Wilson. Una imagen poderosa y entrañable al mismo tiempo. Cercano, que no se tomaba muy en serio a sí mismo y que mostraba el entusiasmo que sólo alguien capaz de componer un pop tan espiritual podría contagiar. Una celebración a sí mismo, sin el ego característico de este tipo de ceremonias.
Es posible que la presentación de Deerhunter haya sido lo peor de todo el festival. Un show aburridísimo, plano, en donde una canción tras otra sin comunicación con el público te hacía pensar que quizás era mejor sentarte en tu sofá y escuchar el disco. Eso tenía más encanto. Sí armaron un setlist con las canciones que los fanáticos querrían escuchar en un festival, como ‘Agoraphobia’, ‘Desire Lines’, ‘Helicopter’ y ‘Snakeskin’, pero fuera de eso, nada. Sin sangre y cero emoción.
Este show de Deerhunter fue tan emocionante como una compra de un producto orgánico en Urban Outfitters. Ahí se las dejo.
Lo bueno es que después de tamaña decepción llegó PJ Harvey. Oh. La vida completa dio un giro en 180 grados. Bestial y con el saxo en su mano entró al escenario Heineken a arreglarnos la existencia. Además, tuvimos la suerte de que el sonido acompañó todo su concierto, algo que se hubiese agradecido el día anterior cuando fue el turno de Radiohead.
La compositora presentó The Hope Six Demolition Project junto a una banda demasiado buena para ser verdad, compuesta por nueve músicos. Ella, pulcra, soberbia y oscura fue tan sólo la imagen física de todos aquellos manifiestos en contra del capitalismo y la muerte reunidos en su último trabajo. El cuerpo y la voz como un medio para el mensaje y la simpleza de aquello combinada con lo barroco del sonido a ratos, resultaba impactante. Eso, de la mano de unas visuales que ya querría cualquier artista, algo que se agradece en escenarios tan grandes. Parecía una película en blanco y negro con una emperatriz de protagonista.
Si en el 2004 en el marco del SUE, el debut de PJ Harvey en Chile, no dejó contento a muchos, 2016 es el año en el que la artista debería volver y desplegar todo su aparataje bestial. Y así mejorar nuestro mundo, al menos por un rato.
Y flotando nos acercamos hasta el escenario Ray Ban para ser testigos de la presentación de una de las compositoras de uno de los mejores discos del 2015. Julia Holter. Casi una hora de concierto que se hizo poco. Llegó en formato trío con una violinista que además hacía de corista, un contrabajista y también durante un trozo del show con el saxofonista de Chairlift.
Ella y su propuesta en el escenario derrochaban simpleza, algo que se equilibraba para el tamaño del escenario con lo barroco de sus temas. Voz perfecta, tímida entre canciones y poderosa en medio de ellas. Este momento de la noche fue la confirmación de que Have You In My Wilderness ha sido el punto más alto de su discografía hasta el momento, con postales de ensueño, como ‘Feel you’ y ‘Sea Calls Me Home’ siendo coreadas por miles de personas de diferentes lugares del mundo que se reunían ahí por y para ella.
Además, durante esa jornada nos confirmaron que Julia Holter se acercará a Chile durante el segundo semestre. Un lujo más para la lista de conciertos locales de la segunda mitad del año.