Mientras Jack Ü congregaba a decenas de miles de personas en la elipse del Parque O’Higgins, Gepe cantaba bachata en otro de los escenarios al aire libre y Todos Tus Muertos hacía lo suyo en el Movistar Arena, los integrantes de Föllakzoid probaban sonido ante una pocas decenas de espectadores en el escenario Lotus, aquel ubicado en el Teatro La Cúpula, donde solo actúan bandas locales. Fueron los encargados de cerrar la jornada de este sábado en aquel espacio, que al final logró apenas tener un cuarto de su capacidad ocupada. Como era de esperar, a esa hora la atención estaba en otras partes, algo que habla de los objetivos y prioridades de un festival como éste: si hace tan solo unos meses Primavera Fauna decidió ubicar a Föllakzoid en horario estelar, en uno de sus escenario principales, esta edición de Lollapalooza optó por relegarlos en la programación.
De todos modos, los cuatro integrantes de Föllakzoid parecen siempre inmutables, incluso ante esas circunstancias. Con retraso iniciaron un concierto que se ajustó a sus propias reglas. Apenas soltaron palabra entre canción y canción, ensimismados en sus instrumentos o, en el caso del descamisado guitarrista Domingo García-Huidobro, también en sus efectos. Como ya es una costumbre, también fue un concierto en blanco y negro: lo único que rompe la oscuridad en las presentaciones de Föllakzoid son flashazos de luces o una pantalla que encandila al cubrirse de blanco de forma intermitente, al ritmo de la música.
Bajo esas tonalidades, Föllakzoid mostró cinco composiciones extraídas fundamentalmente de sus discos II (2013) y III (2015), asentadas en una estética que ya es característica de la banda. Son canciones que sin problema superan los diez minutos, en las que bajo y batería mantienen pulsos constantes, mantras que aumentan y disminuyen su intensidad, mientras la guitarra -y en esta ocasión el sintetizador- matizan y conducen la música hacia distintos rumbos. En algunos pasajes, es apenas una reverberación que flota sobre un ritmo hipnótico; en otros, son golpes de distorsión que esta vez sacaron provecho a la acústica de La Cúpula.
“Estuvimos hace cuatro años acá (en Lollapalooza) y esa vez también tocamos esta canción”, dijo Domingo García-Huidobro al presentar ‘Pulsar’, la composición con la que Föllakzoid cerró su actuación. Fue una de las pocas intervenciones de una banda que opta por camuflar sus rostros, limitar sus alocuciones y dejar que la música sea protagonista. En Lollapalooza, a esa hora de la noche, algo así como una realidad paralela.
*Revisa todas las postales del sábado en nuestro álbum.