A lo grande se inicia el Pepsi Music
Y la espera terminó. Ayer en el Movistar Arena se abrieron los fuegos de uno de los festivales musicales más importantes que se hayan realizado en nuestro país. Siete días de artistas, que comenzaron con el regreso, luego de 16 años, del cantante británico Peter Gabriel.
Un recinto casi lleno esperó paciente el paso de la banda telonera, que sin duda fue más aplaudida cuando anunció su retirada. Nada raro, los que fueron ayer al Parque O’Higgins iban a ver el plato de fondo y pasadas las 21 hrs. las luces se apagaron y los acordes de “Zaar” y “The Rhythm Of The Heat” comenzaron a sonar, un inicio lleno de oscuridad para un concierto que a la larga recorrería los años de carrera solista del ex vocalista de Genesis, y que fue selllado con “Intruder”.
El mismo artista que se negó a presentarse en la entrega de los premios Oscar por el poco tiempo que la producción decidió otorgarle, ayer preparó introducciones en castellano para cada una de las canciones interpretadas, las que sin duda pusieron un toque interesante a la performance y se alejaron de los lugares comunes que quienes visitan nuestros país, suelen decir sobre el escenario.
Un segundo segmento del concierto fue iniciado con “Steam” uno de los clásicos de Gabriel, para luego pasar a uno de los momentos más sobrecogedores del concierto, la interpretación a dúo con su hija Melanie (en teclados y voz) de “Blood of Eden”. “Games Without Frontiers”, “No Self Control” cerrarían la partida antes de un pequeño receso, en que nuevamente su hija tomaría las riendas musicales, con una magistral “Mother of Violence”.
Gabriel vuelve a escena y se suman, tras las correspondientes introducciones leídas, “Darkness”, parte de su trabajo en OVO y luego, otro de los puntos altos de la noche: “San Jacinto”, tema que fue acompañado de un sencillo pero efectivo juego de luces, que terminaría con Peter Gabriel reflejando la luz de los focos al público con un pequeño espejo. El efecto fue hipnotizante y el público improvisó una “ola” mientras la luz recorría cada rincón del Movistar Arena.
Cuando el público no terminaba de reponerse, vendrían las magníficas interpretaciones de “Big Time”, “Solsbury Hill”, “Sledgehammer” con un público absolutamente entregado que no se cansaba de vitorear el regreso de un gran artista a nuestras tierras.
Luego de un pequeño intermedio, aparecen sobre el escenario unos conocidos. Se trataba de una de las facciones del grupo folclórico Inti-Illimani, quienes fueron los encargados de musicalizar de manera casi perfecta uno de los clásicos del cantante británico: “Wallflowers” (youtube). Luego y como si la emoción no fuera suficiente, el concierto era cerrado con “In Yours Eyes” con los Inti negándose a abandonar el escenario y bailando junto a la banda de Gabriel, quien intenta despedirse, claro, sin éxito.
Para terminar, “Red Rain”, “Father and Son” y el clásico “Biko” coreado a gargante batiente por la fanaticada. Algunas notas. Peter Gabriel sin duda mantiene un registro vocal envidiable para el tiempo que lleva exigiendo su voz. Claramente debe ser secundado a ratos por su hija en las notas altas, pero no se aprecia un desgaste significante. Por otra parte, los juegos de luces y las visuales complementaron de manera perfecta un excelente sonido (al menos desde la Platea Alta), no así el registro visual en vivo, donde camarógrafos y director, parecían derechamente estar paveando. Algunos quedaron con un sabor extraño, luego de haber visto en la pantalla, shows de Peter Gabriel mucho más marcados por la espectacularidad y la producción, sin embargo, parecería mezquino quejarse por aquel detalle, cuando quienes asistimos ayer al Movistar Arena, fuimos testigos de una de las grandes presentaciones musicales del último tiempo en nuestro país, y de paso, un gran inicio para el Pepsi Music, que hasta ahora le lleva todas las estrellas y pulgares arriba.
Texto por Rodrigo Ferrari y fotos por Rodrigo Astaburuaga.