No hay muchas bandas que gocen con alta popularidad a nivel mundial y que puedan jactarse de rechazar ser parte de cadenas musicales como MTV, e incluso no rotar sus canciones en las radioemisoras tradicionales porque es inconsecuente con sus principios.
NOFX es, quizás, una de las pocas agrupaciones que por más de 20 años ha formado sus reconocimientos en base al boca-a-boca de sus fanáticos, y por supuesto, la crítica que inunda cada una de sus canciones, en los 12 discos de larga duración que acompañan a los cuatro californianos, que regresan a nuestro país para la nueva edición del Festival Lollapalooza.
Y si la difusión de NOFX se llevó a cabo de una manera tan punk-rock, sus orígenes no pueden ser menos que eso: Durante 1984, en Berkeley, California, un joven Fat Mike decidió formar una banda real, de esas que sacan discos, giran y dejan huella en la escena musical por lo que están interpretando, y no por el ruido que generan en algún alejado garage.
Junto a Erik Sandin y Eric Melvin, Mike Burkett comenzó el trabajo de sus primeros EP’s hasta llegar a Brett Gurewitz de Bad Religion, quien fue pieza clave en 1988, año en que el primer disco de estudio de los interpretes de ‘Don’t Call Me White’y ‘Dinosaurs Will Die’ vio la luz bajo el nombre de Liberal Animation. Fue en ese período en que la popularidad de los californianos comenzó a aumentar hasta el punto de llegar a firmar un contrato con Epitaph Records, el mismo sello responsable de bandas como The Offspring y Millencolin.
Pero no fue hasta 1994 que el grupo conoció de cerca el reconocimiento mundial, gracias a su trabajo más exitoso hasta el día de hoy: Punk in Drublic, que incluso llegó a convertirse en disco de oro en Estados Unidos en medio del furor por el punk californiano, donde sin duda, lograron resaltar frente a sus colegas de estado, y llegaron a convertirse en pieza imprescindible de festivales del género como el Vans Warped Tour.
A pesar del cambio de integrantes, críticas de pares y fanáticos, y de todo lo que cuatro músicos punk trabajando juntos pueda dejar como resultado, NOFX se ha mantenido intocable de espíritu, sin cambiar la esencia que los llevó a consagrarse como una agrupación capaz de marcar a una generación a través de la crítica social, como lo hicieron en el año 2013 con su larga duración The War on Errorism, que jugó como el primer movimiento de la manifestación contra el Presidente Bush, que posteriormente se convirtió en una gira nacional llamada Rock Against Bush.
Este año el Parque O’Higgins tendrá el privilegio de retroceder un par de años en la historia del punk, el próximo 14 y 15 de marzo, y seguramente, una generación completa vibrará con las canciones que los remontarán por un par de minutos a esa rebeldía y rabia juvenil.