Omar Souleyman fue una de las sorpresas de Primavera Fauna en su pasada edición. El escenario dispuesto para la música electrónica y la perfomance de djs, ubicado cerca de las piscinas de Espacio Broadway, se repletó de asistentes a media tarde para poder observar su presentación. Pero desde su natal Siria hasta este momento, ha sucedido mucho.
Al Hassakeh, ubicada a doce horas de Damasco, capital siria, en épocas pasadas fue una tierra rica para la agricultura. Allí se ubica Tell Amir, la villa en la que nació Omar y junto a la cual existía un río que ha estado seco por más de diez años. Es un sector que se encuentra fuera de los mapas de turistas y en el que conviven kurdos, árabes y cristianos, iraquíes, chiítas, sunitas y armenios, entre otros.
Souleyman cantó desde siempre. “Cuando recién comencé a hacerlo, mi familia y amigos escucharon mi voz y me dijeron que era buena. Luego comencé a interpretar canciones dabke, después a realizar pequeños sets en matrimonios y otras fiestas y, muy pronto, empecé a ser contratado para cantar y liderar eventos completos”, declara Omar.
Fue gracias a esas presentaciones en bodas que sus apariciones comenzaron a multiplicarse. También, curiosamente, se dice que su discografía supera la cantidad de 500 discos, lo que no tiene que ver con un ser prolífico, sino con que cada uno de los shows en matrimonios, luego eran editados en un cedé para los novios y también, algunas copias vendidas en pequeñas tiendas de la ciudad.
Fue en el año 2006 que Souleyman conoce a Mark Gergis, el hombre encargado de sacarlo de Siria y presentarlo al mundo, publicando una compilación de su música a través del sello Sublime Frequencies. Para ese momento, Omar ya era una estrella del mundo árabe, gracias a su hit ‘Khataba’ del 2005, que lo llevó a presentarse en clubes de Damasco, Abu Dhabi y Dubai, entre otros. Eso sí, su carrera también ha tenido fuertes detractores dentro de Siria, alegando que es una deformación de sus tradiciones y que no se sienten representados en el exterior por un artista como él, formando grupos en Facebook y otras redes sociales.
¿Qué es lo atrayente de su música acá en occidente? La forma en que transforma el dabke. Mientras que dentro del público de Primavera Fauna en noviembre pasado se escuchaban comentarios como “es como música árabe de juguete” o “es como si el punk lo hubiesen pasado por música árabe”, la verdad es que es una mezcla del dabke tradicional con choubi, que proviene desde Irak y letras kurdas. Esta unión nace de haber convivido en una tierra con todas esas influencias y también, de haber cantado para todo tipo de personas. Eso sí, todo esto lleva una velocidad mucho más rápida y es algo que Souleyman le otorga al momento en que comienzan a usar teclados y sintetizadores.
Esta semana, sus seguidores chilenos podrán repetir la experiencia, ya que Omar vuelve a Chile. “Estoy muy contento y agradecido por esto. Creo que la gente con un agudo sentido de la buena música puede reconocerla de donde quiera que venga. Y me parece que en Chile, realmente quieren pasar un buen rato, bailar y recibir algo para su diversión y placer”, indica Souleyman.
El sirio se estará presentado en el marco de una nueva fecha de Baila Baila, en el Teatro La Cúpula, este viernes 6 se marzo, desde las 22 horas.