Si algo ha dejado claro Zachary Francis Condon, el líder de Beirut (quien, de hecho, inició todo esto como un ejercicio solista), durante los cinco años y medio que tiene la banda en actividad, es que su propuesta es un cóctel en que elementos europeos y latinoamericanos siempre han tenido presencia estelar. Una constante que, con “The Rip Tide”, parece empezar a cambiar.
Ya sea por las influencias foráneas o por su capacidad creativa, lo cierto es que este proyecto ha sido muy prolífico. Tras dos discos, cuatro EPs y un par de DVDs entremedio, tiene sentido que -con tantas canciones a cuestas en tan poco tiempo- su última entrega empiece a mostrar una voz propia. Al parecer, la larga brecha existente entre su último largaduración y éste sirvió para afinar las habilidades compositivas, priorizando conceptos propios.
Ahora, los referentes ya no son dominantes y han pasado a estar al servicio de melodías que comienzan a acercarse al sonido del pop americano clásico, flanqueados por vientos y pianos. En sólo nueve temas y poco más de media hora, Condon y compañía entregan un álbum optimista, sin pretensiones ni ínfulas de grandeza. Una improbable paradoja, si se toma en cuenta que esta obra fue grabada en pleno Nueva York. Pero fue ahí, en la Ciudad que Nunca Duerme, que Beirut registró este compendio de notas que se deja escuchar con amabilidad.
Ciertamente este disco no suena como si hubiera sido hecho en ninguna parte en particular, y esa imposibilidad de ser relacionado con una zona geográfica específica -a diferencia de sus predecesores- le juega a su favor. Lo que antes era una efectiva línea temática aquí hubiera actuado en detrimento de la cuidada espontaneidad que muestran tracks como ‘Santa Fe’, ‘East Harlem’ y la canción que da nombre a esta placa, donde todo coincide en una joya atemporal y memorable. Después de cinco años y medio, la mejor y más importante etapa de la carrera de Beirut está recién comenzando: aquella en que su principal referente son ellos mismos.