Con la publicación de “The Battle of Los Angeles”, Rage Against the Machine consiguió, literalmente, poner el mundo a sus pies. Un disco de increíble factura estética, sonora y lírica, que convirtió a los californianos en una institución musical que había llegado para quedarse. O al menos, eso creíamos.
Por ende, superar esta producción con un elepé compuesto en su totalidad por covers no era una meta fácil. Menos aún si éste iba a ser lanzado tras el anuncio, sólo semanas antes, del fin de la banda. Sin embargo, “Renegades” sirvió para aliviar -al menos un poco- el mal pasar de sus seguidores, al mismo tiempo que consagró a RATM como un grupo capaz de superar todas las barreras estilísticas y temporales existentes.
El tracklist incluyó canciones como ‘In My Eyes’ de Minor Threat, ‘Kick out the Jams’ de MC5 o ‘How I Could Just Kill a Man’ de Cypres Hill. Junto a las insignes ‘Street Fighting Man’ de The Rolling Stones y ‘Maggie´s Farm’ de Bob Dylan, conformaron una producción que destella genialidad, virtuosismo y potencia de una manera inigualable, como sólo los estadounidenses sabíanen hacerlo.
Tras una década de bombardeo musical, Rage Against the Machine terminaba su historia de la manera más grande que se podía imaginar. Rock & roll, punk, hip-hop, hardore y pop, todo se mezcla en el que sería el último álbum de estudio de la banda. Un verdadero regalo de un cuarteto que redefinió el concepto del rock, y sirvió como fuente inspiradora de innumerables herederos posteriores.