Seguramente ni el mismo Andrew Bujalski sospecha de la pequeña fama que tiene en nuestro país, donde perfectamente puede ser considerado como una especie de director de culto. Por eso no es de extrañar la cantidad de gente que había en el estreno de Beeswax, su última película, exhibiéndose en Sanfic. Por momentos daba la sensación de que la sala estaba llena en su mayoría de admiradores, y no es de extrañar si sus dos películas anteriores, Funny Ha Ha y Mutual Appreciation, han causado verdadera admiración, sobretodo en un público joven estudiante de cine. Y es que no sólo se trata de películas de bajo presupuesto y extrema simpleza (aspectos perfectamente aplicables a nuestro cine) sino que también de historias centradas en personajes jóvenes, pertenecientes a una generación un tanto desorientada.
Siempre fiel a su estética y al modo de trabajar los personajes y las actuaciones, Beeswax se adentra en la historia de dos hermanas gemelas, pero sobre todo lo hace en torno a una de ellas, Jeannie. Más que nunca Bujalski trabaja una historia descentralizada, la columna vertebral (la posible demanda que la antigua socia de Jeannie pretende efectuar en su contra por diferencias con respecto a una tienda que ambas poseen) no es lo suficientemente fuerte para convertirse en el tema de la película. Sin embargo su problema, según mi manera de verlo, radica más en la falta de un protagonista fuerte y llamativo, como sí lo eran los protagonistas de sus películas anteriores, que en la falta de conflictos aparentes. Y digo esto porque, tanto Mutual Appreciation como Funny Ha Ha, centraban su fuerza en la confusión y el atractivo de sus protagonistas y por eso mismo no necesitaban tanto de la historia para sustentarse, aunque las anécdotas siempre eran lo suficientemente atractivas para sostener también la película desde otro lado. Pero Beeswax me parece que peca de no tener un protagonista lo suficientemente atractivo ni de tener anécdotas lo suficientemente entretenidas que lo sustenten. De hecho el carácter cómico de las películas anteriores acá se termina extrañando, precismanente por la falta de fuerza en los otros aspectos y porque los pocos momentos de humor que hay en la película sobresalen del resto de la historia. Beeswax es mucho menos cómica que los filmes anteriores, pues pareciera que Bujalski ahora se enfrenta a problemas un poco más maduros que antes, ojo que no lo digo en términos peyorativos. Se nota que los conflictos que enfrenta él y los que lo rodean cambiaron, por eso lo que me pregunto es si la fórmula Bujalski sigue funcionando o va a ser necesario replantearse ciertas cosas.