Llegó el tiempo de las definiciones. Hace un mes tuvimos la oportunidad de presenciar el primer adelanto con Road to Primavera, una muestra de lo que el mítico festival español podría lograr en su primera versión en nuestro país. Y la noche de este miércoles se dio el vamos a la que será una de las semanas más intensas de la temporada, con un nombre clave para el éxito: Alba Farero, conocida al caer la noche como Bad Gyal.
La cita fue en el Teatro Coliseo, una jornada cargada hacia la música urbana, con altos representantes como el chileno Young Cister y el coterráneo de Gyal, Soto Asa, quienes dejaron el ambiente listo para la llegada de la más pegá de España.
Mientras tanto, eso sí, afuera se vivía otra fiesta. Los asistentes comenzaban a amontonarse en ambas salidas del teatro (a la izquierda la entrada para platea, a la derecha la de cancha) donde ninguna información parecía ser lo suficientemente clara al respecto de los procedimientos de entrada y fue cosa de tiempo a que el equipo del teatro se viera superado en números y tuvieran que dar paso a la llegada de fuerzas especiales. Un ingreso caótico que se suma a lo que hemos estado viendo estos últimos meses con el regreso de los conciertos presenciales.
La artista apareció a eso de las 23:30 hrs. en el escenario vestida de ajustado blanco, botas plateadas y lentes de sol, el outfit de una que se sabe la reina del baile. Acompañada por cuatro bailarines —con quienes se movía dentro y fuera de la tarima al ritmo de sus grandes éxitos— fue recibida por un eufórico público que parecía no haber abandonado la pista de baile desde la última vez que pisó tierras chilenas, por allá por en el 2019.
Un miércoles que parecía viernes. Quien no estuviera familiarizado con la española (y por esas casualidades de la vida se encontrara dentro del público asistente) podría finalmente entender de qué se trata todo esto. No sobre coreografías, ni voces, ni letras, sino que algo más puro y elemental: ser la protagonista del momento, adueñarse de la noche, en especial después de tantos años privados de ella.
Foto: Mila Belén