Just being ‘cute’ for me is boring. I’ll be me.
En POTQ Escucha normalmente nos enfocamos en artistas emergentes, entonces ¿por qué estamos hablando de una banda con ya dos discos, uno de los cuales figura entre los mejores trabajos del 2018 en las listas tanto de Noisey como de Pitchfork? ¿Una banda que apenas hace algunos días hizo su debut oficial en el reconocido sello Sub Pop Records?
La respuesta es simple, y se responde con otra pregunta: ¿Por qué la gente no está hablando más de CHAI? La banda japonesa es, por ponerlo en palabras simples, un secreto a voces que ya hace tiempo está irrumpiendo en occidente. Su mezcla de pop, funk, rap y rock les sale de una forma que parece tan natural como el sentido del humor que imprimen en sus varias presentaciones en vivo inmortalizadas en YouTube.
Pero su gran mezcla de sonidos no es lo que hace a las músicas japonesas destacar en una sociedad donde combinar ritmos es natural, sino que es su objetivo principal el que las eleva: cambiar lo que significa ser kawaii, cute o linde, tres palabras que en diferentes partes del mundo representan lo mismo, un concepto que engloba lo que es aceptado en la sociedad y que discrimina a las personas o cosas que no cumplen con ese parámetro establecido.
Las letras de la banda buscan la aceptación propia, desde su primera canción ‘Gyaranboo’ (que habla sobre los vellos corporales), hasta su debut con Sub Pop lanzado a comienzos de octubre: ‘Donuts Mind If I Do’, un llamado a aceptar las cosas que te hacen feliz, no importando si es algo tan insignificante como las donas. Si bien hay varias bandas que en el último tiempo han roto el cerco del mainstream occidental cantando sobre aceptación propia, pocas -por no decir ninguna- son un cuarteto de mujeres japonesas.
Pero es precisamente eso lo que hace de CHAI la banda perfecta para lograr superar esa barrera. La sociedad japonesa es reconocida por ser una de las más rígidas en cuanto a costumbres y convenciones sociales, algo que -como casi todo lo malo en el mundo- se hace peor cuando eres mujer.
“En la sociedad japonesa la gente linda es la que es popular, y las cosas lindas son las que están de moda. Lo lindo es el estándar, y todo lo demás es feo. Me ha afectado mucho, porque nunca me sentí como parte de ese estándar. Las personas pueden ser dañadas por ese concepto. Es realmente una inseguridad gigante. Es por eso que decidimos hacer canciones sobre el hecho de que todo el mundo es lindo”.
Así de clara es la baterista de CHAI, Yuna, cuando le toca responder sobre cómo la afectó crecer en su país de origen con el concepto tan rígido de lo que es kawaii en esa nación. Por otro lado, la guitarrista de la agrupación, Kana, también tiene una fuerte opinión sobre los parámetros de belleza en Japón:
“Incluso hablando con la familia o los amigos de infancia, la gente siempre dice cosas como: ‘deberías hacerte cirugía para agrandar tus ojos’. Es algo cultural muy extraño. En la escuela las chicas con ojos más grandes eran las que se consideraban populares. Todo el tiempo que crecí en Japón pensé que no había otras cosas que podían ser consideradas cute, porque solamente conocía mi país. Así que la primera vez que fui a la universidad y vi que a la gente de otras nacionalidades no les importaba ese tipo de cosas me quedé impresionada. Me di cuenta que existían otras definiciones de linda fuera de lo que Japón considera que es esa palabra”.
CHAI no se anda con rodeos. No le cantan al amor, bueno, excepto en su canción ‘Fall in Love’ donde hablan de su amor por los dumplings, otra celebración a las cosas cotidianas que nos hacen felices y que casualmente de nuevo es comida. Ellas saben lo que quieren, y conocen a la perfección al enemigo: la sensación de que debes ser otra persona para ser aceptado o aceptada por la sociedad. Y bueno, que tire el primer dumpling la persona que no se haya sentido así en algún momento de su vida.
Y si bien sus canciones pueden ir desde la crítica al maquillaje extremo que se usa en su país (escuchar: ‘No More Cake’) hasta su intento de crear el concepto de NEO KAWAII (escuchar ‘N.E.O.’), sus actitudes también se condicen con su discurso. Mana, Kana, Yuna y Yukki son nombres artísticos para no dar a conocer sus nombres reales, e incluso evitan dar información sobre sus edades. Una sutil forma de decir que en esos detalles no está lo importante, sino que en su música, en sus canciones, en sus actitudes sobre el escenario, en sus fans a los que los une la idea de que no son kawaii, pero que está bien, porque si hubieran sido kawaiis hoy no sentirían tan fuertes las canciones de CHAI.
Al final, si aún no las conocías, ahora es el momento preciso para hacerlo. Y es que (y perdón por la nota autorreferente con la que voy a terminar este texto), como hombre heterosexual que creció con cierto tipo de gusto musical impuesto, que CHAI venga a decirme que puedo ser neo-kawaii es una de las cosas más lindas que me ha pasado en mis muchos años escuchando música.
Y si todo lo dicho no fue suficiente, basta con ver una de sus presentaciones en vivo para darte cuenta que además de todo lo bueno que ya tienen, son inmensamente divertidas.