“Igor. Esto no es Bastard. Esto no es Globin. Esto no es Wolf. Esto no es Cherry Bomb. Esto no es Flower Boy. Esto es Igor“. Así parten los créditos del nuevo disco de Tyler, the Creator, el quinto de su carrera. Nos cuenta que se pronuncia eee-gore y nos recomienda no escucharlo esperando un álbum de rap, incluso que lo hagamos sin esperar siquiera un álbum. El consejo es darle, saltar al disco sin pausas ni frenos porque así cree que funciona mejor. De principio a fin. Sin distracciones. Sin mirar el teléfono, sin mirar tele.
Nos invita a estar en un lugar en el que la música nos lleve a formar opiniones y sentimientos; “algunos caminan, otros manejan, otros se tiran en la cama y absorben todo”. Cualquiera sea la elección, disfrútalo plenamente, con volumen. “Por mucho que me gustaría pintar un retrato y decirte cuáles son mis momentos favoritos, prefiero que elijas los tuyos. Si nuestros caminos se cruzan, siéntete libre de articular lo que estos momentos fueron para ti. De manera oportuna, eso sí, no estoy tratando de tener mi propio episodio de Oprah”.
Doce canciones en las que el artista se da el lujo de experimentar muchas de sus inquietudes. Un paseo lleno de detalles en los que Tyler se lleva todo el crédito de producción. Y es para aplaudir. Quién necesita estrenar cientos de singles cuando eres Igor. Este disco salió íntegro en calidad e inédito y el factor sorpresa le suma cien puntos a la lista de colaboraciones, que contemplan a Frank Ocean, Jerrod Carmichael, Kanye West, King Krule, Mild High Club, Pharrell Williams, Playboi Carti & Ryan Beatty, A$AP Rocky y Santigold. Algo piola.
Una nueva joya en la corona del creador, que ahora nos deja regalos como ‘A Boy is a Gun’ y la épica salida de ‘Are We Still Friends?’, dos pasada dignas de posicionar este álbum como uno de los más consistentes de su carrera, con toda la potencia del debut y la suavidad de su popular último largo.